Va de retro

El fantasma de las navidades pasadas que te lleva hacia el futuro donde todo lo viejo vuelve falsificado

Los reyes me han traído un almanaque de papel que se puede colocar encima de la mesa. Tiene pinturas de Klimt y hay que tachar los días con un rotulador. También una agenda de papel de El Principito en la que hay que hacer anotaciones con bolígrafo. Y también un disco de vinilo, nuevo, no de segunda mano, con los correspondientes cds y dvds para que el vinilo sea simbólico, pero he dedicido que no sea tan simbólico y a los reyes les he pedido también un tocadiscos ya que el que tenía además de estar en desuso le falta la aguja. Por eso les he pedido un tocadiscos de esos que además de traer la aguja tiene para cd, usb, bluetooth y además, también, cassette. Parece una radio antigua pero es un prodigio de la tecnología digital y analógica apta para el bolsillo de los reyes. Y qué voy a poner en el cassette, pues, cassettes, porque yo todavía los guardo, contra viento y marea y voces que claman que se tire todo lo viejo. Pero lo viejo vuelve, nuevo y viejo a la vez. En el dvd que trae el disco de vinilo he visto a los 091 que vuelven a estar como antes en un escenario, practicamente igual, casi igual, bueno, no es igual. Nada es igual. También me han traído un tebeo gigante donde se reeditan todas las viñetas de 13 rue del percebe, sí, esa casa de vecinos que salía en la página final de los tebeos y que nos chiflaba a los niños de los 70. Así que todo ha vuelto nuevo y es practicamente igual, casi igual, bueno, no es igual. Nada es igual. No tengo cinco duros para comprar el tebeo en el kiosko verde porque ya no hay duros ni hay kiosko verde, ahora hay un kiosko de la ONCE donde ya no venden tebeos. Tampoco hago kilómetros en autobús una mañana de sábado para coger el tocadiscos estereo de maleta de la casa de mis padres y volver con él para escuchar mis primeros discos y en el que se oía solo un altavoz. Tampoco voy a tiendas de discos a comprar el último de 091 con mil pesetas y grabarlo en una cassette para que no se estropee. Ya no está la tienda de agendas y calendarios de papel y tampoco venden soldados de plomo en la tienda de juguetes porque la empresa que los fabricaba quebró hace tiempo. Puedes encontrarlos de segunda mano pero ya no es lo mismo. Es sólo la ilusión de lo que no existe. El fantasma de las navidades pasadas que te lleva hacia el futuro donde todo lo viejo vuelve falsificado. Como una imitación de las carencias cuando ya lo tienes todo.

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