A veces me alegro de no ser periodista 'de carrera'. Si antes me acomplejaba un poco y hasta me sentía -o me hacían sentir- como un intruso, ahora la verdad es que no tengo que justificarme. Espero, eso sí, poder seguir contando con este espacio para matar el gusanillo porque además sé que algunos me leen con interés. Pero yo ya no me dedico a informar en prensa, sólo opino, que no es poco.

Por eso espero que no se moleste nadie, que hay mucha susceptibilidad suelta, si creo que se está engañando al personal y, quizá sin querer, mediatizando informaciones. Como en una peli de Tarantino, me voy a permitir una licencia: contaré lo que quiero contar echando mano del flashback, empezando por la tercera y última secuencia si mi relato estuviera ordenado cronológicamente, siguiendo por la primera y cerrando con la del medio.

El lunes me dio por ojear un periódico que no era este -lo mío es lujuria-. Me indigné cuando leí algo así como que "ni 15.000 espectadores, lo que demuestra que el problema no es el precio de las entradas sino que en Almería no hay más afición". Yo estuve en el estadio, como había estado dos semanas antes, calculé algo más y creo que no me equivocaba.

Que ante el Valladolid calculara que éramos unos 16.000, pase. Pero que ante el Getafe, con muy poquitos huecos vacíos y sólo en las esquinas de las gradas, restaran aún más… Resulta que hubo problemas con los tornos pero el interés del club era decir que el Mediterráneo no se llenó.

Aunque lo peor fue la falta de rigor de quien publicaba al día siguiente. Yo soy más de letras pero tengo ojos. Con todos los ojeadores que fueron a ver a Negredo…