Voluntad popular

Habrá que buscar nuevos criterios donde se tenga en cuenta qué es lo que no quieren las mayorías

M IENTRAS prevaleció el bipartidismo las manifestaciones de la voluntad popular eran más o menos claras. Quien tenía mayoría de votos y de escaños sí representaba a la mayoría de la voluntad popular, y consecuentemente no había dificultad en establecer que los que no se inclinaban por ellos eran minoría. El juego de mayorías, por tanto, no entrañaba grandes dificultades, excepto las exiguas minorías que en esos momentos no representaban grandes números. Pero la situación ha cambiado radicalmente con la gran multiplicidad de partidos que encuentran su acomodo en el Congreso y, en menor medida, en el Senado. Está claro que habrá que buscar nuevos criterios en donde se tenga en cuenta no solo lo que quieren las mayorías, sino qué es lo que "no quieren" las mayorías. Es una situación que se nos lleva planteando en estas dos últimas elecciones donde las sumas y restas de los representantes de la gente daban unos extraños resultados según se agruparan, pero, en estas últimas elecciones sí había una mayoría que no querían una determinada opción. Me parece que es tan lícito tener en cuenta lo que "se quiere", como lo que "no se quiere". ¿Qué cálculos, y con qué fórmulas, habría que realizar para determinar lo que debe hacerse? Porque establecer un gobierno "en contra" de la mayoría puede ser tan ilegítimo como desaprobar uno en contra de la voluntad positiva de la mayoría. En estos casos, por tanto, es enormemente complejo y arriesgado decir quién ha ganado las elecciones. Sobre todo en los casos en los que las formaciones políticas no consiguen ponerse de acuerdo. Tras las últimas elecciones, finalmente se ha resuelto el asunto porque una parte de los que "no querían" ha terminado contrayendo el rostro, mirando para otro lado, y diciendo, más o menos, "yo, como si no estuviera". Estas actitudes fueron protagonistas de muchas de las últimas elecciones municipales y autonómicas, pero luego nos hemos encontrado con una cascada de noticias en estos últimos días que terminan reventando decisiones similares en otro tiempo. ¿Cuántos son los pactos rotos de los que hemos tenido noticia estos últimos días? ¿Cuántos presupuestos han sido bloqueados, rechazados, porque las mayorías en la oposición, por las más diversas razones, han decidido que esos no son "sus" presupuestos? Hay pluralidades, pero no solo no se cumple "e pluribus unum", sino que se está andando el camino contrario: "e uno, plures".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios