Wolfie

Los no entendidos seguimos gustando de Mozart y no aguantamos el espanto ruidodo de Beethoven

Recuerdo que en una cena se hablaba de música clásica, Beethoven, Bach, y a la hora de mencionar a Mozart entre sabios casposos cuya oreja no se despega de Radio Clásica, hubo un chirrido de fastidio. Oh, Mozart es muy simple, no se puede comparar. Recuerdo un dato probablemente exagerado según el cual para transcribir sobre papel pautado toda la música que escribió Mozart con un horario de trabajo regular se tardarían 24 años. Mozart vivió 35 años. Es verdad, no se puede comparar. No se puede comparar la envidia chirriante salierina que aún provoca Mozart entre los sabios, que saben que nadie podrá superarlo y sólo se puede, todavía ahora, denigrarlo en favor de los (según ellos) verdaderos grandes músicos, Bach, Beethoven. No obstante, esa simplicidad, falsa simplicidad, mágica simple complejidad vence de nuevo. En la era en la que no se venden cds, Mozart ha conseguido vender más cds que nadie. 225 años después de su muerte vuelve a superar a todos los salieris actuales, Beyoncé, Bisbal y todos los cantinflas de la música que vende imagen en vez de calidad se quedan por debajo de las ventas del pack de la integral de Mozart, The new complete edition, recientemente editada. Y es verdad, Mozart ha hecho trampa ya que el vende de una tacada 225 cds en cada compra frente al simple cd o doble cd que vende cada artista. 225 cds son unas 300 horas de música, es decir, dedicando 8 horas todos los días, fines de semana incluidos, a escuchar esta obra integral, tardaríamos unos 40 días en terminar de escucharlo. Dedicando una hora diaria, sin contar los fines de semana, tardaríamos más o menos un año. Dedicando 2 horas todos los fines de semana, tardaríamos más o menos tres años. Y dedicando algunas horas de vez en cuando nunca terminaríamos de escucharlo. Es cierto, con las obras de Beethoven o Bach tardaríamos lo mismo, con la diferencia de que Beethoven vivió 22 años más que Mozart y Bach 30 años más. Mozart sigue gustando a los no entendidos en música clásica y eso no hay sabio que lo soporte, porque si gusta a los no entendidos es que no es profundo, concluye el sabio que sabe que los no entendidos no gustarán de la profundidad de Bach o Beethoven y se quedarán con el chin-chin de Mozart. Es cierto, y me cuento entre los no entendidos, los no entendidos seguimos gustando de Mozart y no aguantamos el espanto ruidoso de Beethoven ni el coñazo repetitivo de Bach.

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