Youtuber no, sí tubor

De ONG's es la cara que se nos queda, para no decir de anchoa, por las moscas cuando vemos como nos siguen toreando

Debo reconocer que algunas profesiones que pensábamos que eran la panacea se están convirtiendo en auténticas labores de riesgo. En el caso que nos aborda hoy es el espeluznante caso del cara anchoa. Dícese de un humilde repartidor que, no sólo tiene que lidiar con arriesgar su vida repartiendo paquetes, sino que también debe soportar al típico tópico del tópico típico que, por la mañana, viene a vacilarte.

Escena real: hombre de estatura media, complexión media. Vestido con el uniforme de trabajo -empresa de mensajería-. Barba de hace unos días. Aspecto cansado. Actitud cabizbaja. Aprovechando un inciso para fumar un tabaco de liar. Contraposición: un señor repeinado, con ropa de marca, nueva, inmaculada, de paquete. Mediana edad, tirando a niñato. Pelo engominado con Giorgi número diez. Acción definida: al repartidor, de ahora en adelante sujeto "A", le espetan en sus narices que es un cara anchoa, sin venir a cuento, un crío con un hipotético cuerpo de hombre. A este señor lo llamaremos sujeto "B". El sujeto "A" propina un guantazo que no hay orquesta que toque lo que el sujeto "B" baila. Acontecimiento final: El sujeto "B" se va calentito para casa y graba un video que se hace viral. Análisis de la cuestión: El sujeto "B" que es un youtuber deja su profesión. Al parecer y, por lo visto, ahora a esto también se le llama profesión, no a la de repartir, que esa es muy predecible. El youtuber, en esta ocasión, no "tubor" suerte, y si por algún casual "tubor" algo, no cabe "dudar" que "tubor" bastante. Digamos que su cara se le quedó de "tontuber", parafraseando a un buen escritor. Así pues, mientras miramos la "yoya" del youtuber, nos cuelan el rescate de las autopistas de peaje, por un lado -unos cinco mil millones de euros de nada- y se desestiman, por otro, una subida del uno coma dos por cierto de las pensiones. Y nadie dice nada. Bueno, yo sí. Yo digo: Nadia. Nadia es una niña a la que sus padres han utilizado, presuntamente, para acaparar casi un millón de euros en donativos y ayudas, mientras precisamente ahora empieza la campaña de donaciones de las diferentes ONG´s. De ONG's es la cara que se nos queda, para no decir de anchoa, por si las moscas, cuando vemos cómo nos siguen toreando, mientras que los niños de Alepo se nos mueren entre las manos. Y así, hasta el treinta y uno de diciembre. Ahí es nada.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios