LA afición del Polideportivo Ejido ha vuelto a demostrar que a la hora de poner de manifiesto su compromiso con el equipo, con la ciudad y con la comarca a la que representa es, auténticamente, de Primera. Y es que ya le gustaría a la mayoría de los equipos de la Primera División poder decir que en alguno de sus desplazamientos ha habido una presencia de seguidores como la que se registró en el Rico Pérez de aficionados celestes. Es más, ya le gustaría a muchos conjuntos ver que, a pesar de un año de mal juego y malos resultados y con la sombra amenazante del descenso, su afición responde más y mejor que nunca. Y, sobre todo, ya le gustaría decir a la mayoría de los equipos de la liga de las estrellas poder decir que sea el que sea el campo al que se desplacen para disputar un partido, siempre hay un grupo de aficionados al que no le ha importado atravesarse España entera, si es necesario, para estar animando a su equipo. Y digo esto porque todas estas cosas son las que hacen, jornada a jornada, los aficionados del Poli Ejido. Es verdad que no es una afición muy numerosa, pero es tan cierto como que, sin ninguna duda, es de las mejores y más fieles de todo el fútbol español. La afición celeste habló con claridad el pasado domingo. Y lo hizo, primero, desplazándose masivamente al Rico Pérez para demostrar su apoyo incondicional a su equipo y, segundo, mostrando una pancarta en la que decían con mayúsculas 'El Ejido no se rinde'. Este es el espíritu de la afición del conjunto celeste y ese es el mensaje que tienen que recoger los jugadores del Polideportivo Ejido de cara a lo que queda de competición, su afición no se rinde y están dispuestos a recorrerse los kilómetros que haga falta y a dejarse hasta el último hilo de voz para intentar conseguir que su equipo siga en Segunda. Creo que la plantilla ha captado el mensaje y estoy seguro que si sigue esa comunión entre afición y equipo hasta el último partido, el milagro de la salvación es perfectamente posible.