Reflexiones

Pedro Molina

Diez años de la Fundación Mediterránea

LA próxima semana se cumple el décimo aniversario de la constitución de la Fundación Mediterránea, una entidad que, a lo largo de todo este tiempo, ha sabido posicionarse hasta alcanzar su principal objetivo: acercar el mundo universitario a la empresa y a la sociedad almeriense. La colaboración en el fomento del empleo ha sido el eje sobre el que han pivotado la mayor parte de las acciones emprendidas por la Fundación Mediterránea a lo largo de este tiempo, ayudando a los estudiantes y graduados de la UAL a conocer mejor las posibilidades de empleo, esencialmente el autoempleo y acercarse a las empresas fundamentalmente a través de prácticas en ellas.

Cuando fui nombrado Rector, una de mis principales apuestas fue la de normalizar relaciones con la Fundación y hacerlas cada vez más amplias como medio para llegar a todo el conjunto de la sociedad almeriense. Desde el primer momento, recibí todo el apoyo de su presidente, Joaquín Moya, para alcanzar ese propósito. Considero que es muy positivo que exista esa sintonía entre el mundo universitario y el empresarial; una interrelación que está en la base de la Sociedad del Conocimiento en la que estamos inmersos y que genera cambios que afectan a todas las instituciones vinculadas al mundo de la ciencia y la economía. Por ello, desde la Universidad y desde la Fundación Mediterránea tuvimos claro desde el comienzo que había que trabajar muy intensamente para que la labor de esta entidad fuera cada vez más conocida y reconocida entre las empresas. Pasado el tiempo, es obvio que el empeño está dando sus frutos, porque cada vez son más numerosas las entidades que se suman a esta aventura y con las que estamos firmando acuerdos de colaboración. Unos convenios que se dan principalmente con empresas del ámbito agroalimentario -como no podía ser de otra manera en esta tierra-, pero también con otras sociedades con las que se han firmado acuerdos dirigidos a la promoción y fomento de la educación, la cultura y la investigación científica y tecnológica.

Existe también un proyecto en el que están fuertemente implicadas la Universidad y la Fundación Mediterránea y que está dando magníficos resultados, el de intercambio entre directivos y profesores. La iniciativa cumple ahora su segunda edición con unas perspectivas inmejorables materializando esa transferencia de conocimientos, esa sinergia entre el mundo del universitario y el de la empresa. Por eso, aunque estos diez años nos den motivos para estar satisfechos, suponen también un acicate: el de saber que entre todos debemos seguir aspirando a nuevas metas para que el tiempo futuro sea, al menos, tan exitoso como el vivido hasta ahora.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios