Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

46 años

Carmen Chacón perdió el congreso de Sevilla porque fue identificada como una ocurrencia más de Zapatero

Carmen Chacón encandiló a varios pigmaliones que se fijaron en la joven socialista catalana como una futura presidenta de Gobierno, quizás la primera del país. Enamoró a varios, entre ellos al que fuese su esposo a la postre, Miguel Barroso, un artesano de la comunicación política, aunque el ejecutor del plan fue José Luis Rodríguez Zapatero. Cuando Chacón falleció, sorprendió la edad: 46 años, 46 años y ya estaba quemada como política, había sido concejal, dos veces ministra y otras tantas aspirante a liderar el PSOE: la primera vez en unas primarias abortadas y la segunda, en el congreso de Sevilla. Zapatero sacaba los ministros de la chistera de la espectacularidad mediática y consumía ministras fungibles, todo formaba parte de sus conocidas ocurrencias, de las que se hartó el PSOE después de las elecciones municipales de mayo de 2011.

Es falso que Chacón no ganase el congreso de Sevilla de febrero de 2012 por ser mujer y catalana -es más, eran sus dos grandes valores-, no venció porque se la identificó como una zapaterada más, las televisiones la esperaban, La Sexta le había hecho el hueco antes de descubrir y promocionar a Podemos, pero el PSOE estaba un tanto harto de tantos experimentos, de tanta levedad. En 2011 pudo haber ganado las elecciones primarias, que fueron suspendidas por Zapatero ante la amenaza de montarle un Comité Federal que llevase a un congreso extraordinario. Es cierto que hubo una amenaza de golpe, pero en esos momentos, los socialistas necesitaban alguien de peso, posiblemente Rubalcaba no fuese el mejor candidato, pero sí el mayor hombre de Estado que el PSOE poseía. ¿Cómo hubiese transcurrido la abdicación real sin él?

46 años, demasiado joven para tanta biografía. Vivió rápido, lo sorprendente es que la pequeña Carmen sobreviviese los primeros años. Una trasposición de grandes vasos es una de las peores cardiopatías congénitas con la que un bebé puede nacer, y como es normal en estas patologías, los errores de formación del corazón nunca van solos: además, tenía bloqueado el ritmo entre el ventrículo y la aurícula, causa de sus arritmias y de unas pulsaciones extremadamente lentas. Creció en Olula de modo lento, muy lento, dos kilos con cinco meses. Hasta que comenzó a andar, y ya no paró.

De las ministras fungibles, tipo Bibiana Aído, Pajín o González-Sinde, ella fue quien mejor guardó su biografía, todas se han retirado de la política, anónimas, todas se consumieron en un taponazo de cava.

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