El bandolero

Para qué quemarse a lo bonzo en un escenario si en una poltrona de insurgente y con un gorro de corona, ahí te las dan todas y tú te ríes

Don Corleone LLach, otrora cantautor, acaricia su gato y dice a los funcionarios catalanes: Os haré una oferta que no podréis rechazar. Sí o Sí, es la democracia, nens, es Mí democracia, es la democracia de los que no les gusta la democracia. Si con democracia no lo conseguimos, lo conseguiremos de la otra forma. En realidad y quitaos la careta de una vez, os gusta bien poco que la gente diga o elija lo que quiera. Bien sabemos que la música ya no da dinero y la música que mejor le suena al otrora músico Mr. Llach es la bolsa cuando suena. La bolsa de los funcionarios, la bolsa de los catalanes, la bolsa de los españoles, la bolsa de todos, la bolsa y la vida. Sí la canción protesta fuese tan rentable como otrora, entonces Llach Corleone la ejercería tanto como contra los antiguos dictadores como contra los nuevos, pero es más rentable la coacción. Es más rentable el esperpento, el tuit, el aspaviento, la astracanada, la bufonada. Para qué gastarse en recitales honestos de mecheros mojados sí con una razzia de balas de trabuco verbal se consiguen hoy en día miles de mecheros encendidos, sí , para quemarlo todo, democracia incluida. Porque según su credo sí la democracia no me da la razón, la democracia es preocupante. Ja, ja, ja, ahora blande la estaca, que símil tan acertado, queridos tertulianos, Lluis Llach, del que gustabais su anterior música, no os gusta la música de ahora. Pero si es la misma. La estaca es la misma, la madera es la misma, el garrote vil de madera. Y q.e.d. la madera es madera, la estaca es estaca y el estacazo es estacazo. El recurso de los justos. Para qué quemarse a lo bonzo en un escenario si en una poltrona de insurgente y con un gorro de corona, ahí te las dan todas y tú te ríes. Sí a fin de cuentas y a fin de mes, por estar ahí sentado y soltar de vez en cuando boutades más de vocero que de trovador, la bolsa te suena igual, en euros contantes y sonantes. La democracia es lo que tiene y lo que tiene es que igual que amenazas con incumplir la ley, te pueden amenazar con cumplir la ley e inhabilitarte, reducirte, expulsarte, convertirte en ese mártir de enciclopedia. En Sierra Morena te echan de menos, con tu romántica estampa, mal afeitado, con las patillas de líder. Tirando a dar, mirando a no recibir, clamando justicia más no por mi casa. No tires tanto por aquí y por allá, si debe estar ya bien podrida, también caerá la tuya.

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