SIN lugar a dudas la reconstrucción mamaría reporta ventajas tanto a nivel físico como psicológico a aquellas pacientes que son susceptibles de someterse a ella. Es muy importante que estén bien informadas para que puedan decidir libremente si quieren o no reconstruirse. En ningún caso es admisible generar falsas expectativas ya que si bien los resultados son muy buenos, la reconstrucción mamaria no es una cirugía estética.

Cuando se inicia inmediatamente después de la mastectomía, la reconstrucción evita que la paciente pase por el duro trance de verse mutilada. La imagen física repercutirá en el reencuentro que establecerá con su propio cuerpo después de la mastectomía y en una mejora de la calidad de vida.

Afortunadamente las modernas técnicas diagnósticas permiten, cada vez con mayor frecuencia, detectar los tumores cuando aún son muy pequeños. Esto posibilita que, al menos en la Unidad de Mama del Hospital Carlos Haya, de Málaga, en el 80% de los casos, las pacientes puedan regresar a sus casas con la mama conservada o bien con un expansor que permitirá reconstruirla. Sólo en un 20%, la reconstrucción no es posible, entre otras causas, porque a la paciente se le deberá realizar tratamiento con radioterapia ya que este tratamiento hace que la piel se queme y pierda flexibilidad. No obstante pueden reconstruirse en un segundo tiempo, de forma diferida, con técnicas quirúrgicas como son colgajos de piel y músculo de otra parte del cuerpo (espalda o abdomen). Hay algo que es innegable: para reconstruirse hay que estar decidida. Digo esto porque la reconstrucción supone un camino molesto y doloroso. Si quien se somete a ella no tiene la convicción necesaria, es un probable que vea en este proceso una carga más que se suma a todos los avatares que ha tenido que afrontar .

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios