COMO si se hubiese ganado una Liga o una Champions League. Así se celebró entre la afición del Polideportivo Ejido la victoria cosechada el pasado domingo ante el Hércules en el José Rico Pérez de Alicante. No es para menos, pues supone la segunda victoria a domicilio del equipo celeste en toda la temporada, y lo que es más importante aún, la primera vez en esta insufrible temporada que consigue encadenar dos victorias consecutivas.

Así las cosas, el vaso ya parece medio lleno. Con la permanencia a tiro de piedra, la moral por las nubes, y con el calendario a favor, todo parece apuntar a que los hombres de Castro Santos llegarán al final con posibilidades de obrar el milagro, por segunda vez en la historia del Poli en segunda división. Todo puede pasar en un final de liga en el que en la parte baja de la tabla pueden darse tantas posibilidades, que nadie se atrevería a pronosticar cómo quedaría.

Y no quisiera dejar pasar la ocasión de hacer una especial mención a Mario Bermejo. Un jugador que generó grandes expectativas entre la afición celeste, pues pocos podrán olvidar aquella excepcional temporada que cuajó con el Racing de Ferrol.

Desde entonces y hasta ahora no había vuelto a ser el que era, incluso a menudo, le han llovido críticas por su falta de gol o de implicación. Pero en este último tramo, justo cuando más se le necesita, está dando la talla, recobrando la confianza y el camino del gol. Una recuperación que si bien no le valdrá un 'pichichi', podría valer una permanencia. Esperemos que así sea.