Entre butacas

Juan José Lozano

Como cerditos

ES impresionante lo que nos puede llamar la atención un simple agujerito. Un agujerito por el que miras e intentas descubrir lo que ocurre al otro lado.

Realmente a todos nos pica la curiosidad, ese deseo por saber, nos atrae el espiar, es fascinante lo que la imaginación puede llegar a volar... No quiero que mal interpreten estas palabras, hablo del espectáculo Pig. Esa gran mamá cerdita que duerme plácidamente a la sombra de unos árboles en el Parque Municipal.

La cerdita es un hinchable enorme con unas ventanitas a modo de glándulas mamarias, por las que los espectadores estamos invitados a observar lo que ocurre dentro.

Curiosamente ninguno de los allí presentes nos lo queríamos perder, nos mataba la curiosidad por saber que pasaba detrás de esas ventanitas. Así que esperamos pacientemente nuestro turno, grandes y pequeños, para que el granjero, que cuida de esta cerdita, nos pusiera un rabito de cerdo y actuáramos como tales mientras disfrutábamos del espectáculo que albergaba en su vientre la mamá cerda. Os puedo asegurar que el espectáculo es magnífico, ya no por su grandiosidad ni por su sorprendente ejecución, sino porque puedes escuchar la respiración y los gruñidos de esta cerdita, mientras miras por el agujerito y dejas tu imaginación volar para que juegue con las formas, los colores y los sonidos. No os contaré lo que se ve detrás, eso os toca descubrirlo.

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