Te deum

Otra cuestión será lo que nos depare a nivel comunitario, local, nacional o internacional, en un mundo desigual

Sean mis primeras palabras de este amanuense de artículo de opinión, deseándoles a cuantos tengan ocasión de leerlo en soporte papel o digital y compartirlo o no, en ello está la democrática pluralidad de la libertad de expresión, mis deseos que tengan un venturoso y próspero Año Nuevo 2017, y se hagan realidad a nivel personal todo aquello bueno y saludable que hayan soñado, tras digerir con alegría y gozo las "12 uvas" de la suerte al ritmo y cadencia de las correspondientes 12 campanadas del inexorable reloj del tiempo, que marca la verdad de la vida y la muerte.

Otra cuestión, será lo que este año nos depare a nivel comunitario, a nivel local, nacional o internacional, en un mundo desigual, como siempre, lleno de turbulencias y tribulaciones de toda índole, a niveles ideológicos, religiosos y mercantilistas, aunque a pesar de ello habrá que seguir teniendo esperanza en un mejor mañana, que nos permita superar con ilusión y fe todo aquello que nos produce desencanto espiritual, apesadumbramiento psíquico y sensorial y decepción intelectual, creyendo con sentido de responsabilidad colectiva, que todo aquello que nos haga ser más solidarios y fraternales nos beneficiará a todos y todas cuantos integramos este gran teatro de la vida.

No podemos obviar, que en este último siglo pasado hemos avanzado mucho atendiendo a las grandes revoluciones que se han producido, especialmente en la Declaración Universal de Derechos y Libertades y los avances tecnológicos -I+D+i-, aunque siguen habiendo muchos dramas con ocasión de injusticias derivadas de las guerras, el terrorismo y los conflictos de la sin razón humana, que anteponen pensamientos, conductas y comportamientos beligerantes para establecer por medios no democráticos dictaduras de la opresión, acrecentando con ello, especialmente, la discriminación y la pobreza.

Este primer artículo del 2017, sea una extensión litúrgica del canto gregoriano del Te Deum de Acción de Gracias llevado a cabo en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación por el año que terminó, con sus claros y oscuros, y que el presente comience con el compromiso gubernamental por recuperar los valores fundamentales del servicio, honestidad y solidaridad, que permitan superar las graves incertidumbres que han dominado la escena política de este pasado año, y que fueron síntomas de escaso sentido de dedicación al interés general y social.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios