El callejón del gato

La espantada de Amat

No lo entendió así Gabriel Amat, que se levantó del sillón y abandonó la reunión dando voces, indignado

La Mesa de las Infraestructuras es una plataforma donde confluyen las fuerzas vivas de la provincia: partidos políticos con representación institucional, asociaciones de empresarios, sindicatos y profesionales de la comunicación. Su objetivo es reivindicar del gobierno de turno las grandes obras que precisa nuestra provincia para salir del aislamiento que padece. Lo cierto es que mucha actividad no se aprecia en el colectivo ya que se reunieron sus componentes a finales del mes de enero al cabo de tres años y medio de haber permanecido en el letargo. La reunión se centró en las carencias ferroviarias y, en particular en las obras relacionadas con la llegada del tren de alta velocidad a Almería. Gabriel Amat, presidente de la Diputación y del PP en la provincia, prometió en nombre del Gobierno de Mariano Rajoy que en esta legislatura el AVE llegaría hasta la estación de Vera. O sea, que para el año 2020 tenemos AVE a noventa kilómetros de la capital. Algo es algo. Pero acto seguido, cuando un periodista preguntó sobre las partidas presupuestarias que son imprescindibles para llevar a cabo cualquier avance en el trazado de las vías, Amat respondió que en las del presente año la cosa está complicada por los compromisos con Europa para la reducción del déficit. Mal asunto. (Un inciso, cuando el obstáculo para reiniciar las obras no son las tortugas mora, la culpa es de Bruselas, qué le vamos a hacer). Supongo que a la vista de las luctuosas perspectivas presupuestarias, que se deducen después de oír al Presidente del PP, el diputado autonómico del PSOE Rodrigo Sánchez criticó con sobradas razones la parálisis del AVE en los últimos cinco años y propuso reclamar al Ministerio de Fomento 500 millones de Euros para solucionar el histórico abandono de los ferrocarriles en Almería. En mi modesta opinión, una propuesta de lo más razonable cuando se trata de defender los intereses de nuestra tierra que, en definitiva, es el objetivo a perseguir de la Mesa de las Infraestructuras. No lo entendió así Gabriel Amat, que se levantó del sillón y abandonó la reunión dando voces, indignado con un componente de la mesa porque había cometido la "osadía" de proponer al Gobierno que, después de cuatro años sin invertir un euro en las obras del AVE, dedique una partida en el presupuesto para que se reinicien. Si nos es con dinero contante y sonante en el presupuesto del Estado, ¿cómo piensa Gabriel Amat que llegue el AVE a Almería?

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