LLEVAMOS mucho tiempo hablando de finales para el Polideportivo Ejido. Es cierto. Pero ninguna tiene el cariz que va a alcanzar el choque que le va a enfrentar el domingo ante el Deportivo Alavés. Es verdad que, evidentemente, a medida que vayan quedando menos encuentros, todos y cada uno de ellos van a ir cobrando mayor importancia. Sin embargo, este choque ante el Alavés reúne una seria de requisitos que me llevan a pensar que el futuro del Poli pasa por lograr la victoria ante los vitorianos. Para empezar, el equipo se va a enfrentar al club que ocupa el límite de la salvación y, por este motivo el partido tendrá un valor doble, tanto para lo bueno como para lo malo, porque si se gana, se suman puntos y se recorta distancia a un rival directo pero, si se pierde, ocurriría lo contrario y el Poli se quedaría a ocho puntos de la salvación. Por otra parte, los celestes tienen que demostrarse a si mismos que son capaces de doblegar a sus rivales directos en la lucha por la salvación, empezando por el Alavés. Y no piensen que esto es algo intrascendente, puesto que el Poli tendrá que medirse en los partidos que restan a Alavés, Córdoba, Las Palmas, Xerez y Albacete, todos ellos rivales directos. Los ejidenses tienen el 'gol average' perdido con algunos de los equipos que están en esa zona y tienen que tratar de recuperarlo o de no perderlo con estos equipos a los que se ha de enfrentar. Y, por último, el equipo tiene que demostrar en Vitoria que es capaz de dejar atrás su pésimo bagaje como equipo visitante y también es capaz de vencer fuera de casa. Y esto es importante porque, para que las cuentas de la salvación salgan, el Poli tiene que ganar sus partidos de casa y varios de los que va a jugar a domicilio. Además, se da la circunstancia de que de los diez partidos que quedan por jugarse, seis los va a jugar el Poli como visitante. Por tanto, hay que ganar fuera ya. Así que creo que la de Mendizorroza va a ser una auténtica final para intentar conseguir que siga habiendo más finales.