El callejón del gato

Sobre las formas y el lenguaje

Ni el ingenio ni las buenas formas son la tónica general de la clase política que padecemos

Aducimos a un artículo u otro, pero yo creo que hay un artículo, que es el artículo cero del Reglamento de la Asamblea, que no está escrito, y que dice que no hay ninguna razón para ser maleducado". Son palabras de Ángel Gabilondo, portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid, pronunciadas refiriéndose al comportamiento de algunos parlamentarios madrileños que intervinieron en el Pleno celebrado con motivo de la moción de censura presentada por Podemos. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte en el Congreso de Diputados y en otros foros de la política nacional se ha perdido el hábito de mantener ciertas formas que respondían a ese artículo cero del que hace referencia Ángel Gabilondo, como si con ello se quisiera transmitir que se está más cerca del pueblo llano. Uno puede vestir la indumentaria que mejor le parezca para romper moldes establecidos en el Congreso de Diputados, pero eso no implica que al cruzar la puerta de entrada al hemiciclo no le ceda el paso un ujier uniformado desde los pies a la cabeza, cuyo atuendo reglamentario en relación con el salario recibido, es inversamente proporcional al porte desaliñado y generosa retribución de su señoría, no nos engañemos. En cuanto a la oratoria, no parece sino que muchos de los que nos representan alimentan su mollera de la telebasura o, como mucho, de esas tertulias televisivas en las que más de uno ha hecho su carrera política. Ni el ingenio ni las buenas formas son la tónica general de la clase política que padecemos. Las mayores sandeces salen de boca de algunos cretinos elevados a la categoría de cicerones. Y cualquiera se sube al estrado y suelta una parida sin fundamento. Hoy merece especial mención Pep Guardiola pidiendo a la comunidad internacional que les ayude en la defensa al derecho al voto y a enfrentarse a los abusos de un estado autoritario. Señor Guardiola no se ponga usted así. El Parlamento Catalán al que usted otorga poderes sobrenaturales se ha formado gracias al sistema establecido en la Constitución Española de la que usted reniega y, precisamente gracias a ese sistema, ustedes ejercen el control de la cámara, a pesar de que la mayoría de los catalanes, uno por uno, votaron a favor de los partidos que no están por la independencia. Estúdiese usted la Carta Magna de España y entérese, si tiene luces suficientes, de que sus normas, en lugar de oprimir, favorecen a los independentistas que gobiernan en Cataluña.

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