Penal y gol, es gol

Jorge Colipe / Deportes@elalmeria.es

A llorar a la 'piecita'

"El fútbol no es justo ni es injusto, simplemente es así", dijo Belenguer al final del Getafe-Bayern de Múnich

AL final del encuentro entre el Getafe y el Bayern, que recordaba aquella gesta del Liverpool al remontar tres goles, Belenguer, huyendo de las excusas de malos perdedores, sólo se limitó a reflexionar en voz alta: "el fútbol no es justo, ni es injusto, simplemente es así". Cuanta razón hay en esas pocas palabras, porque la expulsión de De la Red en los primeros minutos había quedado muy lejos, porque se le podría culpar a Abbondanzieri, o porque a lo mejor Kahn cometió falta en la última jugada del partido, previa al empate. Es lo que tiene, el fútbol es así, y dependiendo de la varita con la que te toque, en el mismo AVE, te enviará al cielo o al infierno. Es de los pocos deportes en donde no siempre gana el favorito; es el más democrático de todos, porque para jugarlo sólo hace falta querer hacerlo; y es el que le permite a un ignoto equipo que hace poco tiempo jugaba en segunda, codearse con los poderosos. Días atrás los Reds y el Arsenal, nos habían convidado con un encuentro igual de eléctrico, o como diría un viejo relator, un partido no apto para cardíacos. 90 minutos al mejor estilo Forrest Gump, más otros 30 que nos regaló el Getafe. Un ida y vuelta con Casquero robando y jugando, ante los embates de los bombarderos alemanes, con un Cortés que hacía de la banda una variante por la que iba y venía, con un Celestini al que el paso del tiempo lo ha dotado de un oficio tremendo, y con Braulio que desarmó a la defensa alemana, y en una jugada, de no haberse metido en la piel del loco Abreu, hubiera marcado lo que hubiera significado el gol de la victoria. Pero no seremos nosotros los que lloremos sobre la leche derramada, los tal vez, los hubiera, los quizá, no cambiarán el resultado del encuentro. Y si Forrest tuviera que explicar, lo que sucedió en el segundo gol del Bayern, echaría mano de su madre y diría: "a veces hacemos cosas, que simplemente no tienen sentido". Claro, lo dice un tipo que se pasó corriendo 3 años, 2 meses, 14 días y 16 horas.

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