PARA encarar el siempre temible "Tourmalet" o para lidiar con cualquier "miura" de primera. La UD Almería está en el momento más álgido, no sólo desde la llegada de Hugo al banquillo, sino de toda la temporada. El equipo se muestra muy competitivo, tiene capacidad de reacción, como ha demostrado en los tres últimos partidos, está reduciendo el número de goles encajados y Negredo ya los marca a pares. Como el propio Hugo reconoce, "el equipo está inmerso en una sinergia positiva" y hay que aprovecharlo.

Con esta predisposición, ¿por qué no?, se aspira a ganar en cualquier campo.

Ha sido muy importante haber sumado los puntos necesarios para abordar la recta final del campeonato, porque ahora se dispone de suficiente margen de maniobra para sumar las cuatro victorias que le distancian de la salvación matemática y permitirse ciertas licencias.

El denominado Tourmalet que mañana inicia en el Sánchez Pizjuán tiene un cariz bien distinto al de la primera vuelta. Entonces cayó frente al Sevilla, Barcelona y Villarreal para sólo conformarse con un empate (1-1) frente al Real Madrid.

Esta vez, tanto por el carácter que le ha imprimido al equipo el técnico mejicano, como por el momento de juego que atraviesa, el Almería da la sensación de que el escarpado Tourmalet no se le atragantará tanto.

La cita de mañana promete. El Sevilla llega resabiado del fracaso copero en el Estadio de San Mamés e intentará resarcir a su afición con una victoria balsámica, más aún cuando su entrenador Manolo Jiménez vuelve a estar en la picota. Pero la ansiedad de los jugadores, cuando no el cansancio, así como la presión que ejercerá su decepcionada masa social puede jugar muy en su contra.

El Almería, en cambio, viaja confiado de sus posibilidades. Sin apenas nada que perder y bastante que ganar. Consciente de que, si logra mantener un cierto grado de solidez defensiva e impone el poder intimidatorio de Negredo y Kalú Uche, en estado de gracia ambos, puede amenazar muy en serio la integridad del portal de Palop.

El Sevilla sigue siendo la alternativa de poder del Barça y del Madrid, pero su eliminación de la UEFA y de la Copa del Rey le ha convertido en un equipo tan inseguro como vulnerable. Está tocado. Por lo tanto, el desenlace final dependerá en gran medida del grado de osadía que ponga de manifiesto el Almería, que si se lo propone, le puede hacer mucho daño a este Sevilla.

Este es un partido para arriesgar. Para ir a ganar. El esfuerzo realizado por los sevillistas el miércoles, el daño moral de su eliminación copera, pero sobre todo la humillación sufrida, sumergen al Sevilla en un mar de dudas.

Si esto fuera una partida de póker -espero que lo haga- le tocaría al Almería pasar a la ofensiva y sorprender a su oponente con el pie cambiado. No olvidemos que, si vence, daría un golpe de mano casi definitivo para la permanencia. Al fin y al cabo lo peor que le puede pasar es que, como casi toda la temporada, el equipo no gane fuera.