El callejón del gato

La noticia del día

Más de media hora le dedicó presentador de La Sexta a Pablo Iglesias para que se explayara

Voy subido en el autobús repleto de personas que forman un conjunto bastante heterogéneo, como suele ser habitual en este medio de transporte, y me pregunto cuántos de estos pasajeros habrán pasado la noche sin dormir pensando que Pablo Iglesias no asistió a los actos que se celebraron en el Congreso de Diputados con motivo del aniversario de la Constitución. Lo digo porque cualquiera que hubiese aterrizado de otro planeta y hubiese enchufado la televisión la mañana del pasado viernes para ponerse al tanto de lo que pasa, habría pensado que la suerte de este país depende de que el ilustre diputado y líder de Podemos Pablo Iglesias, vaya, o no vaya, a la cámara baja en tan señalado día, dada la importancia y el tiempo que le dedicaron al tema dos cadenas televisivas con pretensiones de hacer periodismo serio. Sin exagerar, más de media hora le dedicó el presentador de la sexta a Pablo Iglesias para que se explayara sobre las razones de peso que motivaran una decisión tan trascendental para la historia de España. Si cambiabas de cadena, en la cuatro era Íñigo Errejón quien se desahogaba dando sobradas explicaciones sobre los mismos hechos. Y si volvías a la sexta para saber si había alguna otra noticia que te pudiera interesar, te tropezabas con Irene Montero soltando su versión particular sobre la cuestión. No lo tengo muy claro pero creo que, además, alguno de los entrevistados también hizo doblete saltando de una cadena a la otra con la misma cantinela. Y como suele ser habitual cuando un presentador pone sobre la mesa el tema a tratar, los tertulianos y politólogos que suelen participar en la gresca, entraron al trapo y se atropellaban iniciando un acalorado debate, para hacer cada cual su particular análisis sobre la ausencia de Pablo Iglesias en el palacio de las Cortes en el treinta y ocho aniversario de nuestra Carta Magna. No me pregunten sobre el contenido de las palabras vertidas por los contertulios porque la materia objeto de estudio no despertó mi interés por más empeño que pusieran los presentadores que dirigían el coloquio, y apagué el televisor apenas empezaron a contrastar opiniones. Lo que sí me llamó la atención y me parece digno de análisis es la manera que tienen los medios de comunicación de convertir un hecho absolutamente banal en la noticia del día. Supongo que no se acabará el mundo porque Pablo Iglesias se quedase en su casa el día de la Constitución rascándose el ombligo, por favor.

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