El premio de dormir

Dormir bien, en cantidad y calidad, provoca un bienestar parecido al de obtener un buen pico en la lotería

Le gustaría a usted ganar un premio de lotería de más de 250 000 euros? No se trata de una de esas preguntas retóricas que no piden respuesta, porque es generalmente consabida. En todo caso, tómese sentir un bienestar parecido al de recibir ese premio, aunque los euros no acaben en el bolsillo. Pues bien, la investigación, a veces dada a objetos o comparaciones que parecen algo frívolos, sostiene que cuando mejoran la cantidad y la calidad del sueño, la salud y el bienestar experimentan un regocijo parecido al de obtener ese no mal dotado premio para tapar agujeros -una de las respuestas habituales cuando se indaga qué se haría con él-. No entremos en cuestión de cómo pueden medirse la alegría o la felicidad, porque son bienes inmateriales aunque expresivos, pero una universidad del Reino Unido dice haber seguido los hábitos de sueño de más de treinta mil personas, durante cuatro años, y que cuenta con evidencias manifiestas sobre la bondad del sueño. Malsanas enfermedades, como el ictus, la insuficiencia cardiaca, la diabetes o la obesidad, parecen tener más prevalencia cuando el sueño se altera o es escaso y malo. Por eso la novedad de la investigación refuerza los beneficios de la situación contraria: el buen dormir es una razón principal del bienestar. Acaso reparase en ello el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cuando preguntó por el horario habitual para acostarse. Más del 60% de los encuestados lo hace, en días labores, entre las 11 de la noche y la 1 de la madrugada (casi el 30% entre las 12 y la 1). Mientras que la hora habitual de levantarse, en días de trabajo, para el 55%, es entre las 6 y las 8 (el 20% entre las 6 y las 7). Luego no es frecuente tener siete u ocho horas de sueño aconsejable y así no hay forma de reunir participaciones para el premio gordo del bienestar.

Claro que, puestos en materia de dormir, también podrían actualizarse algunos postulados de Freud cuando, con La interpretación de los sueños, sostuvo que estos no son sino una manera, algo alucinada, de realizar deseos que en la vigilia nos salen al paso, con distinto grado de consciencia, y que en la almohada se hacen materia de sueño inconsciente. De modo que algunos investigadores, tan dados a la originalidad, podrían ocuparse de qué sueños son o no recordados y los motivos lo explican. Para que así el sueño, además de bienestar, dé razón de nuestra inconsciencia en el revés de la vigilia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios