RECONOZCÁMOSLO, todas las apuestas sitúan a Unai Emery lejos de Almería la temporada que viene. El técnico vasco, que seguramente en la semana que entra haga oficial su decisión, siempre ha dicho que la balanza entre quedarse o irse estaba al 50% de posibilidades, pero la realidad es que tiene pie y medio fuera de la Unión, o al menos eso es lo que se comenta en los mentideros periodísticos. Si opta por seguir, eso que tendrá ganado el club de cara a la programación de la campaña venidera, pero si decide marcharse, en los mismos círculos periodísticos ya se ha abierto una baraja de alternativas. Uno de los nombres que más ha sonado en esa quiniela de futuribles es el de Giovanni de Biasi. El técnico italiano del Levante al parecer es del agrado del presidente de la entidad, Alfonso García, que por encima de la posición en la tabla del equipo que dirige valora la dignidad con la que se están desenvolviendo los granotas pese a las dificultades que se encontró cuando accedió al banquillo y su enorme capacidad de sacrificio. El entrenador transalpino ha quedado seducido por la Liga española, ya que de otra forma no se entiende que hace poco más de un mes rechazara una suculenta oferta del Parma para volver a su país. Más caro en lo económico supondría hacerse con los servicios de Quique Sánchez Flores. Se fue de Valencia por la puerta de atrás, pero el tiempo le ha dado la razón y mantiene un buen cartel. A su favor tiene el gran trabajo que realizó en las filas del Getafe y un digno papel en Mestalla; en contra, su fama de no casarse con nadie. El tercero en discordia sería Camacho. La opción es más real de lo que en un principio pudiera parecer pues el de Cieza, murciano como el presidente, tiene un carácter de los que gustan a Alfonso García y también está en el paro tras irse del Benfica. No conviene olvidar el más asequible mercado de Segunda, que también se ha sondeado, pero es Emery quien tiene la última palabra.