COMIENZA el año I después de Unai. Se fue el vasco al Valencia, decisión esperada salvo para los pocos que, como el presidente, confiaron en una ficticia continuidad. Los dos anunciaron la despedida con corrección en las formas y caballerosidad por parte del máximo mandatario rojiblanco reconociéndole al técnico los méritos acumulados y pidiéndole a la afición comprensión con la postura adoptada por el hombre que subió al equipo a Primera. Ya sólo queda asumirlo y mirar al futuro con el optimismo de saber que hay una buena base y que Alberto Benito está moviéndose con agilidad en el mercado de fichajes -Piatti está hecho por muchos desmentidos que lleguen desde Argentina-. Hay que buscar a un nuevo director sin olvidar que la orquesta ya está afinada; es decir, sería ilógico que el nuevo inquilino del banquillo representara un estilo totalmente opuesto al imprimido por el de Hondarribia. El nombre de Lucas Alcaraz ha saltado a la palestra informativa como el de muchos otros, pero en este caso me parece una broma de mal gusto pues viene de fracasar con el Murcia y su esquema táctico difiere mucho del actual ideario rojiblanco. También ha sonado con fuerza el de Juan Carlos Carcedo para tomar las riendas del equipo. Tiene la indiscutible ventaja de conocer como pocos la actual plantilla, de ser un técnico joven con hambre de hacerse un hueco sin estar a la sombra de nadie y la experiencia del trabajo codo con codo junto a Emery. Hasta donde sé, él se ocupaba más de los planteamientos defensivos y Emery incidía más en los ofensivos. En su contra, y por el hecho de haber sido segundo, habría que ver hasta qué punto se ha visto en la obligación de ejercer de poli malo con los jugadores. Hay que acertar en la elección para no hipotecar el futuro del club. Hace 28 años se fue Maguregui y se apostó por Arsenio Iglesias, el mediático del momento, con funesto resultado. Esta Unión ha repetido muchas cosas de la extinta Agrupación. Eso no, por favor.