La tapia del manicomio

Yo, robot

También tiene ventajas la paralización del buga: no contaminamos y ya da igual que sean de gasolina o de gasoil

El guiar se va acabar. Los coches tienen los días contados. En primer lugar porque en el planeta Tierra ya no cabemos todos, personas y coches. Dada esta razón, las demás sobran y no hay necesidad de enumerarlas. Como encima van a cerrar al tráfico motorizado un montón de calles de todas las ciudades, no sabe uno para qué va a servir semejante artefacto mecánico (o mecánico-eléctrico-electrónico). No vamos a tener coche sólo para ocupar una plaza de garaje, pagar seguros, impuestos, ITV y demás cargas. Pero como no va a ser todo malo, también tiene ventajas la paralización del buga: no contaminamos y ya da igual que sean de gasolina o de gasoil. Nos ahorraremos una pasta en combustible y que le den morcilla a la OPEP.

Los fabricantes de automóviles, viendo el pampaneo, llevan años sacando montones de adelantos, unos para contaminar menos y otros muchos para que sea más cómodo el manejo de los bichos. En lo de contaminar se ha adelantado algo, pero sobre todo en trucar las pruebas para que parezca que lo han conseguido. En lo de las comodidades, empezaron poniendo pitos y cámaras exteriores para que no raspes la chapa cuando estás aparcando, y van a terminar aparcando los coches solos. Dicen que ya pronto se van a guiar a sí mismos. Si esto último cuaja, no sabemos por qué hay tanto revuelo con la renovación del carné a los conductores viejos, si de todas formas no va a hacer falta nadie que guíe. Queda pendiente el asunto de la responsabilidad en caso de accidente. ¿O es que dejará de haber accidentes? Y si los hay (no sólo fallan los humanos, también las máquinas), ¿habrá seguros a todo riesgo para robots? Negro futuro para aseguradoras, funerarias, marmolistas… y floristerías, porque ¿quién le va a llevar una corona de flores a un robot? Y los tanatorios se convertirán en chatarrerías.

Todo esto nos lleva a una reflexión sobre el futuro de los robots y la relación entre humanos y máquinas. El coche del futuro inmediato va a ser prácticamente un robot. Ya hace años que los robots son los que los fabrican. Ya solo falta un robot diseñador y otro ingeniero para cerrar el ciclo y que desaparezcan las profesiones de chófer, mecánico, electricista, chapista, pintor, tapicero…además de casi todas las demás profesiones que existían hace unas pocas décadas. ¿Qué quedará? Donald Trump, sus congéneres y sus billetes.

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