QUSIERA estar equivocado, pero tengo la sensación de que el Poli dejó escapar el tren de la permanencia el pasado fin de semana en el Heliodoro Rodríguez López. Era vital lograr la victoria en ese encuentro y todo el mundo lo sabía. Ya decía el capitán Tena la semana pasada que si se ganaba en Tenerife el Poli mantendría la categoría.

En los minutos que siguieron al gol de Chico la ilusión inundó el corazón de los aficionados celestes que, por unos instantes, saboreamos la miel del triunfo. Una victoria hubiera apretado increíblemente las posiciones en los puestos bajos de la clasificación, sin olvidar la inyección de moral que hubiera supuesto para el equipo lograr el triunfo en un feudo difícil y después de seis meses sin ganar a domicilio. Desgraciadamente al final no pudo ser y, pese al buen partido, el Poli regresó a casa, una vez más, de vacío.

Es indiscutible que el Poli está mejorando y que, aunque está el último, no es el peor equipo de la categoría. Sin embargo, la temporada avanza más rápidamente de lo que querríamos y cada vez se antoja más difícil lograr la machada. Apenas queda por disputar un cuarto de liga y los puntos en disputa no son muchos.

Pero ahora hay que olvidarse de todo esto. Ahora es el momento de apoyar sin condiciones a nuestro Poli. El próximo encuentro nuevamente es vital para nuestros intereses, como todos los que quedan por jugar en Santo Domingo. Una vez que se haya ganado al Salamanca tocará ir a tierras alavesas y esperar que el tren de la permanencia haga una parada en Mendizorroza.