Miramar

Pepe / Cazorla

Mientras hay vida, hay esperanza

VAYAMOS por partes dijo el forense. Las paradojas no dejan de sucederle a este Roquetas. El patito feo "Catarroja" era un príncipe. Esto del fútbol es un cuento y gordo. Pero mientras hay vida tenemos que alentar a un conjunto por el gesto del éxtasis y desgarrarse las gargantas haciendo de su piel una bandera para seguir hasta el final. Todo el mundo debe animar con el corazón alegre hasta el último instante y estar mas contento que McGyver de invitado en Bricomanía. La desconfianza hay que expulsarla como un demonio. Un exorcismo meteórico, para buscar el objetivo en el Antonio Peroles, del que deberá recuperarse para hacer frente a su cita más importante en la historia reciente. Del partido de ida, resulta poco decente para el espectador jugar al fútbol en medio del mar muerto en que se convirtió el estadio por causa de la lluvia. El agua se adueñó de la hierba e impuso la dictadura del pelotazo ante la imposibilidad de utilizar cualquier otro argumento. No hubo margen para el espectáculo. El truco para estar arriba en esta liguilla infame se reduce a dar lo mejor de uno mismo y resistir la presión en los instantes cruciales, es decir cuando se siente cerca el vértigo que produce la cercanía del éxito. En ese aspecto, los buenos siempre ganan. Y el Roquetas es mejor. Hay que poner a rebosar el Peroles como nunca y yo estaré el primero. !!Vamoooos!!; ¡Que nos come la carcoma!

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