Hablemos de las pensiones

Una vez que los pensionistas han cobrado su pensión correspondiente al mes de noviembre y tienen la seguridad de cobrar la paga próxima de Navidad de 2016, ha surgido, de forma reiterada y alentada por aquellos a los que interesa un tema que intranquilice y movilice a nueve millones de españoles que ostentan, de una u otra forma, su condición de pensionistas, entiendo que ha llegado el momento de explicar del modo más sencillo posible la realidad de las pensiones en España, frente a la demagogia y la desinformación existente.

Lo primero que hemos de considerar es que las pensiones publicas, en España, se dividen en dos grandes grupos: Pensiones contributivas y las no contributivas o asistenciales. Las contributivas surgen del derecho que tiene el ciudadano de recibirlas en base y proporción por él cotizado y a la cuantía de sus aportaciones mensuales. En este capítulo se incluyen las pensiones de jubilación, las de viudedad y las de orfandad.

En cuanto a las pensiones asistenciales, estas amparan a los ciudadanos que no han contribuido a la caja de la seguridad social, bien por falta de medios económicos, o por no haber cubierto el mínimo de años exigidos de cotización para entrar en el sistema contributivo, siendo, como hasta ahora, el presupuesto de la Seguridad Social, ingresos y gastos, independiente de los presupuestos generales del Estado, ya que la totalidad de ambos tipos de pensiones se cargan al presupuesto general de la Seguridad Social.

¿Qué es el fondo de pensiones de la Seguridad Social? El fondo fue creado por el Parido Popular en los años de bonanza económica, cuando anualmente la diferencia entre los ingresos por cotizaciones superaban a los gastos ocasionados por el pago de los dos grandes grupos de pensiones, llegándose a acumular en dicho fondo de superávit, hucha de las pensiones, hasta un total de casi 72.000 millones de euros aproximadamente... ¿Qué se ha hecho con este dinero?. Lo primero que hay que dejar claro es que esa hucha de pensiones no podía ser tocada para fines distintos a los propios de la Seguridad Social, y que iba siendo invertido, fundamentalmente, en la compra de deuda pública del Estado. ¿Qué es lo que ha pasado en estos años de crisis? Han ocurrido dos hechos que han provocado el paulatino descenso del fondo de las pensiones en estos últimos cinco años en los que, una vez pagada la paga extra de Navidad correspondiente a diciembre de 2016, el fondo ha descendido a 19.200 millones de euros, con lo que el fondo, inexorablemente, se agotará en el plazo máximo de un año, en el 2017.

El primer hecho es que durante la crisis económica, más de ocho años, y especialmente los cinco primeros, el número de cotizantes activos sufrió una progresiva disminución en su número, recordemos que los nuevos parados llegaron a una cifra superior al 22%, lo cual propició la importantísima disminución de los ingresos del sistema.

El segundo, que las contrataciones, mayoritariamente a tiempo parcial de los nuevos contratos de trabajo, suscritos en los últimos dos años y medio, lo han sido con menos tiempo de trabajo, menos horas y, consecuentemente, con menores salarios, lo que ha sido determinante en la menor recaudación del sistema contributivo. Por otra parte, y a consecuencia del envejecimiento de la población, los pensionistas han aumentado en más de un millón y medio con el consiguiente aumento de la partida de gastos de la Seguridad Social, con reflejo en el hecho de que los ingresos, si bien bastaban para cubrir el pago mensual de las pensiones, no cubrían el importe de las dos pagas extraordinarias anual. ¿Existe algún remedio para solucionar el problema?. Lo primero es, que el Gobierno, con el acuerdo mayoritario de las Cámaras se atreva a sacar el pago de las pensiones asistenciales del sistema de la Seguridad Social, pasando su importe a los presupuestos generales del Estado. ¿Hay quien pueda defender que un sistema basado en la contribución de sus cotizantes deba pagar a aquellos que no han querido o podido cotizar al mismo?. Sólo es justificable por la aplicación del principio de solidaridad entre todos los españoles, pero, ¿Acaso los impuestos generales no tienen justificación en la solidaridad?

Lo segundo es que, con el previo acuerdo político, se eliminen los topes máximos de cotización al sistema, de forma que todas las retribuciones salariales estén sujetas a cotización al sistema. Como ejemplo, citemos el caso de un directivo o mando de empresa que cobre 4.000 euros mensuales, pero que con la actual normativa solo cotiza por un... Continuará..