Tribuna

Jorge Caparrós

Abogado

Negando el cambio

La conversación llegó a debatir sobre las preferencias a la hora de contratar, lo que nos llevó a la triste realidad de la comodidad social

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Negando el cambio

Hace poco estaba hablando con una compañera sobre la situación laboral vista desde dos puntos de vista, el autónomo y el empleado. La conversación llegó al punto de debatir sobre viejas preferencias a la hora de contratar, lo que nos llevó a la triste realidad de la comodidad social. Me explico… Habréis escuchado en más de una ocasión que el cristianismo ralentizó el progreso debido a su fiel atadura a las tradiciones y la conservación de las mismas. Pues la comodidad social es exactamente lo mismo. Estamos en 2017 y en excesivos ámbitos se puede apreciar una terrible postura conservadora, ya sea a la hora de preferir a un hombre o una mujer para un puesto determinado (y si no me creéis pasearos por las ofertas de empleo y veréis como en un pub o bar moderno prefieren a una camarera que a un camarero, al igual que en otros puestos como administrativo prefieren a un hombre) o a la hora de invertir en energías renovables, tecnologías e ideas innovadoras. La conservación de "lo que funcionó, funciona y funcionará" es un cáncer retrógrado que afecta, de nuevo a mi estilo poniendo por delante a la persona y por detrás su preferencia política, a la gente de izquierdas y de derechas. Y sí, lo sé, en la mayoría de ocasiones se tacha a la derecha de retrógrados, machistas y una larga lista de polémicos adjetivos, pero soy de los que opinan que un ideal político no puede definir a una sociedad, pues esta la hacen las personas y por desgracia, se pinten las calles de rojo o azul, la gran mayoría se encuentran fuertemente atadas a la comodidad de rechazar los cambios.

Voy a ilustrar mi posición con tres ejemplos. Hace poco un grupo de compañeros y un servidor tratamos de promover una iniciativa medioambiental, que consistía en plantar por unas calles de la ciudad con maceteros absolutamente desaprovechados, una serie de plantas útiles y saludables que estuviesen a disposición de la ciudad y que los locales de la calle ayudasen a mantener regando cuando fuese necesario únicamente el macetero frente a sus establecimientos. Puesto que ellos se benefician de las mismas, ya sea para su uso o para atraer el turismo a sus locales. ¿Sabéis la respuesta en el 95% de las veces al recoger la firma de los locales? En su mayoría sostenían una sonrisa tachándonos de soñadores y decían: "¿Para qué si van a robarlas todas".

El segundo ejemplo tiene que ver con una agenda-web de eventos gratuita para la promoción de eventos de los locales pequeños, que un servidor comenzó a desarrollar, personándose en los establecimientos. En este caso concreto, los que atendían a mi exposición, se quedaban con mi tarjeta para enviarme los eventos al correo electrónico. Bien, a día de hoy, no he recibido ni un correo, ni una llamada y entre cero y ningún evento.

Mi último ejemplo es el que vemos día a día: en páginas web laborales, en el hecho de que nunca haya habido una candidata a la presidencia mujer, de que hoy día luchar por los derechos signifique "protestar" en lugar de "construir" algo diferente y de que la burocracia sea hoy tan larga y lenta como hace 20 años y de nuevo favorezca a entidades que benefician al gobierno en lugar de a los propios votantes. No digo que no se haya evolucionado socialmente, digo que este proceso debería ser como una corriente de agua imparable y filtrándose por cada mínimo hueco de cada frontera para continuar su camino y sin embargo es como un látigo ante el que algunos se ven obligados a obedecer tras mucho resistirse. Y la diferencia la sabéis todos, pues miraros a vosotros mismos cuando hacéis algo por obligación sin molestaros en entenderlo y cuando hacéis algo por gusto al comprender sus beneficios aunque os exija un poco de esfuerzo extra. Y espero que no entendáis esto como una rendición, sino únicamente como una reflexión de vida, pues al principio de este año hablaba de iniciativas que han funcionado en otros países y que podrían funcionar aquí, pero al final lo único que se acaba haciendo viral es un gatito tocando el piano.

¿Queréis saber algo curioso? Este en concreto es mi artículo publicado número 30 en toda mi vida. He hablado de lucha contra entidades, medio ambiente, educación y una veintena de cambios sociales y personales, que deberíamos tomar por el bien de un mañana. Pero a día de hoy sigo viendo la misma comodidad social y rendición a favor de vivir… Negando el cambio.

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