Roquetas de Mar

La procesión cierra las fiestas con la asistencia de miles de devotos

  • Santa Ana procesionó en el 'Rata Segundo' y la Virgen del Carmen en el 'Francisco Ramón Segundo'

  • Los festejos han gozado de gran participación

La procesión a su llegada a la explanada del Faro.

La procesión a su llegada a la explanada del Faro. / fotos: javier alonso

El miércoles 26 de julio, día festivo en Roquetas de Mar, se caracteriza cada año por desarrollar los actos más esperados y genuinos de las fiestas de El Puerto. En el plano religioso, ya a las doce de la mañana se ofició la Santa Misa en la Iglesia del Puerto. Y, por la tarde, a partir de las seis, tuvo lugar la procesión que, una vez más, fue seguida por miles de devotos a lo largo de todo su recorrido que incluía las principales calles de este barrio pero también el mar.

Así, las imágenes de Santa Ana y la Virgen del Carmen recibieron su baño de multitudes en una procesión que duró más de cuatro horas.

Desde la parroquia de Santa Ana, las imágenes desfilaron por las calles Armada Española, Marina Mercante, El Faro y Explanada del Faro. Alrededor de las siete de la tarde, se produjo el tradicional lavado de cara a Santa Ana en la explanada del Faro. Posteriormente las imágenes fueron embarcadas para iniciar la procesión marítima hasta el puerto de Aguadulce. En concreto, la imagen de Santa Ana procesionó en el barco El Rata Segundo, mientras que la imagen de la Virgen lo hizo en el Francisco Ramón Segundo.

Después, las imágenes regresaron desde Aguadulce al Puerto de Roquetas de Mar y continuaron por el barrio El Puerto la procesión, entre los vivas y aplausos de los cientos de asistentes. En este segundo tramo terrestre de la procesión, las imágenes pasaron por la Avenida Antonio Machado, Avenida de El Puerto, calle Salinas, calle el Faro, cruce Avenida Sabinal por el paso de peatones, calle Marina Mercante y vuelta a la parroquia de Santa Ana. A las 22:30 horas aproximadamente concluyó el desfile procesional de este año y, una vez más, coincidió con un gran castillo de fuegos artificiales junto a la iglesia del Puerto.

Al margen de los actos religiosos, el miércoles festivo contó también ayer con una nueva edición de la tradicional cucaña en la que muchos participantes no quisieron perder la oportunidad de participar en este singular juego que consiste en mantener el equilibrio encima de un mástil, impregnado de grasa, para coger las banderas que otorgan sendos premios.

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