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Campamentos de verano, el apoyo estival a las enfermedades infantiles

  • Asociaciones de pacientes los organizan para facilitar el descanso y el ocio de los niños

  • Estas iniciativas enseñan a los menores a desenvolverse contra el impacto emocional

Un grupo de niños con patología renal, durante una charla en el campamento.

Un grupo de niños con patología renal, durante una charla en el campamento. / M.G.

En verano llega el mismo conflicto de siempre, y es que las vacaciones de los adultos no siempre coinciden con las de los niños, por lo que los campamentos de verano se convierten no solo en una opción, sino más bien en una necesidad.

Ya no solo existe oferta de campamentos centrados en deportes o en ciencias, otra opción son los campamentos para niños con enfermedades específicas. Un lugar en el que conocer a otros niños con su misma enfermedad, y donde aprender más sobre la misma, para ganar adhesión a los tratamientos y una mayor autonomía.

Las actividades facilitan la formación necesaria para una gestión responsable de la salud

Según Gerardo Rodríguez, coordinador de comité de actividad física de la Asociación Española de Pediatría "las sociedades científicas cada vez están más cerca de los pacientes, también de las asociaciones de padres, y los campamentos son un paso más para devolver algo más que el propio avance científico, sin olvidar que en los mismos también se hace educación para la salud".

Así, justifica que si un campamento normal siempre es beneficioso para los niños con cualquier patología, ya que "supone un contacto con la naturaleza y actividad física, además de que les mejora el estado anímico y les abre nuevos horizontes", los campamentos centrados en determinadas enfermedades, "son también una tranquilidad para los padres, porque saben que el personal que les atiende está entrenado en esa patología". Por supuesto, no olvida los beneficios para los niños, y es que "es como una terapia de grupo, cada uno cuenta sus vivencias y se aportan ideas y experiencias sobre cómo llevar su enfermedad", por lo que son actividades muy positivas desde todos los puntos de vista.

Si bien cada vez surgen más iniciativas de este tipo, dos de las sociedades científicas que han tomado la delantera en este tipo de iniciativas son la Sociedad Española de Reumatología (SER) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Respecto a la primera, este mes de julio se celebra ya la quinta edición del campamento de verano para niños con enfermedades reumáticas, en la cual participan 40 niños de entre 8 y 14 años de toda la geografía española. La mayoría de los niños que participan en esta actividad sufren artritis idiopática juvenil, cuyo síntoma principal es el dolor articular y la presencia de inflamación articular y/o cojera, asociándose en muchas ocasiones otros signos como fiebre y lesiones cutáneas. Pero también se han inscrito al campamento niños que padecen lupus eritematoso sistémico, enfermedad de Behçet u otro tipo de afecciones reumáticas menos conocidas. Los niños son atendidos por pediatras y fisioterapeutas, además de por residentes de Reumatología pediátrica del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid.

Rafael Jácome, uno de los fisioterapeutas que trata a los niños durante el campamento, relata que durante su estancia aprenden ejercicios terapéuticos individualizados, y es grato ver como los niños que repiten cada año "nos cuentan como automatizan lo aprendido en estos 15 días gracias al principio de repetición y continuidad, integrándolo en sus rutinas diarias".

Asimismo, la SEN lleva ya diez años colaborando con la federación nacional de pacientes renales ALCER, para las convivencias de verano de niños con enfermedad renal crónica, la mayoría trasplantados, en la Granja Escuela la Loma de Alicante.

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