Resistencia a los antibióticos

Cada vez hay más infecciones para las que los tratamientos son poco eficaces

En el ámbito de la salud pública es un tema muy relevante el problema de la resistencia a los antibióticos ya que esta es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Así lo tiene catalogado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Es lógico; porque la resistencia a los antibióticos es un fenómeno muy generalizado que tiene un potencial efecto negativo sobre la salud de las personas al evitar el carácter curativo de los antibióticos ante las infecciones. La OMS considera que la resistencia a los antibióticos es un fenómeno que puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva y, aunque ls resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, es cierto y preocupante que el uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso.

Por este motivo, se están desarrollando estrategias de carácter nacional e internacional para hacer posible la prevención eficaz de la resistencia mediante el abordaje intersectorial y la colaboración eficaz de las profesiones sanitarias y de los propios pacientes.

Efectivamente, las profesiones sanitarias tienen que establecer estrategias comunes y colaborativas para conseguir que el uso de los antibióticos obedezca siempre a criterios rigurosos de evidencia científica. En este sentido es muy importante asegurar que las profesiones implicadas en la calidad asistencial colaboren y cooperen con la mayor agilidad y la mejor evidencia. Es el caso de tres profesiones básicas para este objetivo: médicos, enfermeras y farmacéuticos.

Estas profesiones tienen que trabajar de manera conjunta y coordinada para asegurar un uso adecuado de los antibióticos y para ello se necesita incrementar la conciencia sobre el problema y asegurar mecanismos de trabajo protocolizado que comuniquen entre si las acciones de todas ellas sobre el paciente.

Por supuesto que los pacientes tienen un papel relevante; los antibióticos tienen sus criterios de uso y por tanto han de tener claro que es el criterio profesional el que debe guiar sus decisiones en beneficio de la salud del paciente. Las asociaciones de pacientes en su trabajo con las personas afectadas de diferentes patologías pueden y deben cooperar para el éxito de los programas preventivos.

Esta es una lucha común y que debe implicar a todos ya que cada vez es mayor el número de infecciones -por ejemplo, neumonía, tuberculosis y gonorrea- cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.

Ganar esta batalla es de interés general porque la resistencia a los antibióticos prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad. Trabajemos en la dirección de asegurar la calidad asistencial con un buen uso de los antibióticos.

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