Dra. J. Luisa Ortega García. Unidad de Dolor Hospital Universitario Puerto Real (Cádiz)

¿Cómo se mide el dolor?

El dolor tiene un componente subjetivo y multidimensional que dificulta su valoración

La medición del dolor es fundamental para poder instaurar el tratamiento analgésico más adecuado, así como para valorar la eficacia del mismo. Por ello, siempre que un paciente refiere tener dolor debemos cuantificar la intensidad del mismo.

Sin embargo, es muy difícil medir el dolor, ya que tiene un componente subjetivo y multidimensional que dificulta su valoración. A pesar de ello, disponemos de diversos procedimientos para cuantificarlo. Debemos elegir el más idóneo de todos ellos para cada caso, en función del tipo de paciente (niños, adultos), de la naturaleza y tipo de dolor (agudo, crónico). Es necesario que el paciente comprenda la escala utilizada y, al mismo tiempo, proporcionarle una explicación para que pueda realizar correctamente el procedimiento de valoración del dolor.

La mayoría de los procedimientos para medir el dolor se basan en el relato del paciente. La información subjetiva del paciente se obtiene mediante métodos verbales, que tratan de cuantificar la intensidad del dolor y deben utilizarse junto a otros sistemas de evaluación. Actualmente disponemos de diversas escalas que tratan de cuantificar la intensidad del dolor. Las más utilizadas son la Escala Numérica y la Escala Visual Analógica (EVA). El inconveniente es que solo evalúan un aspecto del dolor (su intensidad). También disponemos de otras escalas más complejas y multidimensionales. Además de medir la intensidad del dolor, tratan de evaluar otros aspectos relacionados con el dolor, como su cualidad, sus efectos sobre algunas variables psicológicas y su repercusión sobre la funcionalidad, calidad de vida, relaciones familiares, etcétera.

El dolor se acompaña de cambios fisiológicos y en el comportamiento. Diversos métodos tratan de medir estos cambios fisiológicos y conductuales, como índices de dolor. Sin embargo, ninguna medida fisiológica es, por sí misma, un indicador puro de dolor.

La dificultad de medir el dolor es mayor en los niños y en las personas con déficit cognitivo y de comunicación. En estos pacientes es muy útil la Escala de Caras. Debido a la dificultad de su valoración es posible la utilización simultanea de varias escalas; las cuales se deben seleccionar según la edad, desarrollo cognitivo y naturaleza del dolor del paciente.

En la página web de la Asociación Andaluza del Dolor se puede acceder a diferentes Escalas de Valoración del dolor.

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