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Joaquí Salord relata su experiencia de minas anti-personas en Camboya

  • El ponente aseguró que este tipo de países tiene otro tipo de prioridades que solo se conocerían de verdad si se acercan a los afectados

  • Apuntó que hay que mirar desde los ojos de las víctimas

Fueron muchas las personas que se interesaron.

Fueron muchas las personas que se interesaron. / FOTOS: JAVIER ALONSO

Dar visibilidad de lo que en el mundo son las verdaderas prioridades, lo que realmente es importante, lo que trasciende en pequeños rincones del mundo. El Centro Indalo Loyola (Centro Pastoral de los Jesuítas de Almería) organizó la charla de Joaquí Salord, director del centro, bajo el nombre de Mi experiencia en Camboya con las víctimas de las minas anti-personales, dentro del Ciclo: Fe-justicia derechos humanos. Se celebró en el Aula Pedro Arrupe.

Joaquí Salord señaló que "el objetivo es hablar de derechos humanos pero en países como Camboya las prioridades son otras, mucho más básicas".

A Salord le cambió la vida tras su experiencia de vida en Camboya

Salord asegura que llegó a Camboya en 1991: "terminó la guerra en este país y fui con el Servicio Jesuita. Estaba todo destruido".

Para el director del Centro Indalo Loyola, cuando estuve en Camboya "trabajamos en el marco legal con voluntariado y un equipo internacional. En una reunión con 50 víctimas de las minas, hablamos con ellos para conocer sus necesidades, su opinión. Sus principios básicos eran el derecho al agua potable, a una vivienda, el acceso al mercado...".

Salord asegura que la forma de ver las situaciones tiene que cambiar: "La realidad vista desde nuestra realidad es diferente, desde las víctimas se ve de otra manera, se conoce cómo están afectados. Sería más justo. Hay que salir de nuestro entorno y desarrollar un concepto de humanidad".

El ponente dijo que su estancia en Camboya "me cambió mi manera de ver el mundo, sobre todo cuando regresas a España. Varía tu mirada sobre lo que tienes delante".

Salord regresó hace seis años a España y solamente lleva uno viviendo en Almería: "Doy clases de español a los inmigrantes. Muchos trabajan en invernaderos. El Ejido tiene una de las rentas per cápita más altas de España, y está el contraste de la pobreza. Les ayudo con la comunicación porque es lo más básico. Gente que trabaja con ellos me han dicho que muchos de ellos viven en casas muy pobres. Otros no tienen contrato fijo".

El conferenciante apuntó que "hay un mundo impresionante de contrastes. Mi mensaje es que no generalicemos, que nos ciñamos a la realidad".

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