Vélez Blanco se convirtió durante el día de ayer y así estará durante toda la semana en una gran Academia de Música Renacentista y Barroca. Un total de seis talleres con más de 100 alumnos comenzaron con las ganas de los alumnos de aprender cada detalle de profesores con un alto prestigio.

Las pruebas comenzaban en la Escuela de Música y Danza con el Curso de Orquesta Barroca, donde su director, Aaron Zapico, y el profesor José Vélez escucharon el nivel del alumnado que se encerraba en su aula. Con una partitura, tenían que demostrar qué es lo que tenían que aprender y mejorar. Alguno de ellos, sin partitura, improvisó un tema para su demostración.

El instrumento del sacabuche intenta imitar el sonido de la voz humana

En una de las habitaciones individuales de la Escuela de Música se encontraba la Noelia Reverte ayudando a un alumno con el sonido de su instrumento en el Curso de Viola da Gamba. Es uno de los talleres nuevos que suenan en Vélez Blanco.

Francisco Blay, profesor de Sacabuche, también inició a los jóvenes que participaron en su taller indicándoles que el instrumento con el que iban a interpretar se utilizaba para simular el sonido de la voz humana y les explicó la forma de llegar a los diferentes tonos.

La soprano Erika Escribá Astaburuaga y el pianista Joaquín Torrecillas también valoraron las voces de los diferentes alumnos que se encontraban en el Curso de Canto y éstos interpretaron diferentes temas que fueron perfeccionando gracias a los consejos de los docentes.

En la Iglesia del Convento las voces sonaban al unísono con el Curso de Canto Coral y las instrucciones del nuevo profesor de este taller, Jorge Enrique García, contrataron y director de coros. La partitura que estaban interpretando en un primer momento fue Lapidabant Stephanum. El siempre sorprendente profesor del Curso Música en las Aulas, Juan Rafael Muñoz, explicó que el taller iba a tener una mezcla entre los cuentos y la música, y se dispuso a interpretarles mediante la lectura de La Princesa aburrida.