La Romería del Cristo de la Buena Muerte en Olula del Río ha sido un verdadero éxito este año. Con una mayor participación a la de años anteriores, con más carrozas y más ginetas, la celebración se ha consolidado como un evento multitudinario y repleto de fervor.

Como cada segundo domingo de mayo, los devotos del Cristo de la Buena Muerte se congregan para procesionar hasta la ermita, situada al pie del cerro Almirez, en la hermosa sierra de los Filabres. Esta tradición, que se complementa con la subida y bajada del Cristo en el mes de junio, ofrece una de las pocas oportunidades para ver la venerada imagen recorriendo las calles de Olula del Río, junto con los eventos de Semana Santa.

La romería de este año se ha extendido a lo largo de dos días con actividades con música en directo. Especialmente el domingo, las calles y caminos se llenaron de carrozas decoradas, trajes típicos, caballos y la participación activa de cientos de olulenses.

Miguel Torregrosa, concejal en Olula del Río, ha destacado el esfuerzo que el ayuntamiento ha realizado para que la romería pudiera desarrollarse con éxito, haciendo una mención especial a la importancia del montaje de la carpa y la limpieza del lugar.

Olulenses portan al Cristo de la Buena Muerte en la romería.

Como novedad en la romería de este año, durante la noche del sábado se celebró un concierto en la explanada de la ermita a cargo del grupo de música Rumba Kimbao, seguido de una veneración al Cristo de la Buena Muerte, lo cual añadió un toque especial a la festividad.

El domingo, el día grande de la romería, a las 09:00 horas, dio inicio la procesión acompañada por la Agrupación Musical Cristo de las Aguas. Tras horas de recorrido y la llegada a la ermita, se celebró una Santa Misa en un momento que reunió a todos en oración y devoción. La tarde continuó con música en directo a partir de las 16:30 horas acompañado de un servicio de barra que permitió a los asistentes disfrutar hasta el cierre de la jornada.

La Romería del Cristo de la Buena Muerte de este año ha concluido siendo un éxito rotundo tanto por la alta participación de olulenses como por la organización. La devoción compartida por todos los vecinos han hecho de esta edición una experiencia inolvidable para todos, viviendo un gran día de convivencia y disfrutando del Cristo y de su ermita.