TRAS publicar hace unos días las andanzas de Pedro Rubio Pelegrín, un joven faquir nacido en Cuevas del Almanzora y anunciado en los carteles como "Indio Klondrihon", algunos lectores de Diario de Almería sienten al parecer curiosidad por este tipo de personajes del espectáculo más o menos alternativo. Hoy rescataremos, en la medida de lo posible, retazos de las biografías artísticas de una pareja prácticamente desconocida.

Hola, Don Pepito

¿Quién no recuerda aquel "Hola, Don Pepito, hola, Don José" que popularizase los famosos Gaby, Fofó y Miliki? Todo un clásico del imaginario musical infantil, pero un verdadero martirio cuando -en verano con las ventanas abiertas, tan ricamente- el parvulario de los bajos de tu vivienda lo repite a diario, desde las ocho de la mañana, a toda pastilla, alternándola con las no menos coñazos Había una vez un circo y La Gallina Turuleta. ¿En que pensaría el buen Nazareno cuando dijo, sin medir las consecuencias, aquello de "dejar que los niños se acerquen a mí"? Ya me gustaría que pasara un par de meses en mi bloque para comprobar si seguía manteniendo la oferta o cambiaba de opinión.

Sepan ustedes, continúo, que el Don Pepito en cuestión, inspirador de la canción compuesta por Miliki, récord de ventas, se correspondía con un paisano: José Jaime Espinosa Contreras, nacido en Tabernas antes de la República del 31. De su infancia y adolescencia sabemos poco, bueno nada, salvo que con cinco años su familia (al padre lo apodaban El Ceremonias), como tantas otras familias almerienses emprendió el camino de la emigración forzosa en busca de mejores horizontes. En su caso recalaron en Sevilla. José padecía enanismo hipofisario, pero a pesar de ello logró salir adelante no sin esfuerzo y superando la incomprensión que la sociedad mostraba ante la minusvalía física de estos pequeños-grandes hombres y mujeres. De Sevilla a Madrid, donde frecuentó el mundo de la farándula y conoció -década de los sesenta- a la cantaora Antonia Hernández "Perlita de Huelva", con la que se casó y posteriormente separó, al parecer no muy amistosamente. Para ella compuso un auténtico pelotazo: "Amigo conductor" (música de Felipe Campuzano), himno oficioso de los camioneros españoles; además de otras canciones aflamencadas y fandangos (según él 60 temas): Huelva choquera, Cumpleaños, Amor con amor se paga, etc. En su etapa matrimonial visitó Almería en distintas ocasiones, acompañándola cuando esta venía enrolada como primera figura del Teatro Chino de Manolita Chen, un fijo en Feria; con la compañía encabezada por Manolo Escobar o durante sus contratos en el tablao flamenco "Manolo Manzanilla", del cantaor Manolo Terrón, que abrió sus puertas con enorme éxito en el hoy Paseo Marítimo hasta que cerró en los setenta de la pasada centuria. Años más tarde afirmaba José Jaime Espinosa que compuso 300 temas musicales para diversos intérpretes, entre ellos "La Minifalda", grabada por el citado Escobar. Sin embargo, es público y notorio -puede corroborarse en la ficha técnica de la casa discográfica-, que letra y música corresponden a Ruiz Venegas y F. Campuzano.

A la capital de la provincia que le vio nacer regresó nuevamente en 1982, para rodar "Cristóbal Colón, de oficio… descubridor", comedia dirigida por Mariano Ozores, con localizaciones en las ramblas de su Tabernas natal. En su nueva faceta de actor cinematográfico creemos que exageraba al afirmar (en entrevista realizada por Álamo Miranda -años ochenta- cuando Don Pepito residía en los madriles) que había intervenido en 119 películas. Hemos consultado en Internet la página IMDb, a juicio de los especialistas la más completa y rigurosa, y son siete las referenciadas entre los años 1978 y 1983. A las órdenes de los directores Just Jaeckin, Alfonso Ungría, José Ramón Larraz (2), Germán Lorente y Mariano Ozores (2) participó en Hombre objeto, Gulliver, La momia nacional, La vendedora de ropa interior, Cristóbal Colón, de oficio… descubridor, La loca historia de los Tres Mosqueteros y Juana la Loca… de vez en cuando. No vamos a enumerar los actores y actrices con los que alternó ya que la lista sería kilométrica, pero sí recordar que tuvo a José Salcedo, afincado en Almería, de director de producción en tres de las citadas. A pesar de no lograr consagrarse como primera figura del celuloide, su profesionalidad y buen hacer le llevó a ser respetado y querido entre sus compañeros de profesión, quienes admiraban, además, su excelente buen humor.

Independiente de sus papeles en repartos del Centro Dramático Nacional (Noche de guerra en el Museo del Prado, El Proceso, Divinas palabras, Esta noche, gran velada; Los baños de Argel), en los que ocupó escenario con "monstruos" tipo Juan Diego, José Sacristán, Nuria Espert, Jesús Puente o Enma Penella, su última faceta artística hay que enmarcarla en los set de televisión. En especial de TVE y su programa de variedades "Ni en vivo ni en directo", en pantalla de 1983 a 1986 bajo la dirección de Emilio Aragón; quien a su vez, separado ya del trío familiar Gaby, Fofó y Miliki, debutó en tareas de presentador e intérprete de los gags cómicos que conformaban el exitoso programa. Tal índice de audiencia obtuvo que en 1983 conquistó el premio internacional EMI a la mejor serie española de humor; galardón del que fue partícipe nuestro paisano tabernero José Jaime Espinosa Contreras, el pequeño gran actor conocido por Don Pepito. Desconozco si aún vive o no y en dónde. Sí manifestó, decepcionado, que nunca le contrataran con su espectáculo en ningún teatro o local de Almería pese a llevarla siempre por bandera.

Directora de orquesta

Según su partida de nacimiento, María Luz Abad Bosquet vino al mundo el 11 de agosto de 1923 en una casa sin precisar de la "Barriada del Zapillo", hija de Matilde, viuda de 34 años, natural de Almería y oriunda de Laujar, y de "padre oculto". Este era el eufemismo empleado para designar al progenitor cuando el niño/a nacía fuera del matrimonio canónico, único legalmente permitido. Contaba María Luz a la Hoja del Lunes de Almería -cuando en 1949 ya había adoptado el nombre artístico de Mayra Montiel-, que un lustro antes pasó el examen del Sindicato de Espectáculos para la obtención del carnet de "vocalista y animadora". Convertida en figura de los cafés Colón y Español fue piropeada tanto por su voz como por su espléndida belleza, al estilo de la espectacular Rita Hayworth en "Gilda".

De inmediato se estableció en Barcelona. En calidad de directora de orquesta, se presentó en el Salón Bolero y Sala Rigalt dirigiendo a la Orquesta Mussette. Posteriormente formó una propia con el nombre de Los Chaveas (compuesta de nueve profesores), recorriendo con un moderno repertorio Portugal, Holanda, Suiza e Italia. Además de dirigir, Mayra Montiel "bailaba y cantaba el género americano y el baile gitano, sin olvidar las sambas, que también son de mi predilección". De la zapillera Mª Luz Abad Bosquet, de "padre oculto", perdí su pista en Cataluña allá por los años Cincuenta.