Pasadas las 22:30 horas de ayer, el recuento de la urna había finalizado y ofrecía ya un resultado, en unas elecciones reñidas hasta el último minuto. El que fuera presidente de la Cooperativa Agrícola San Isidro (CASI), José María Andújar, durante poco más de tres meses, desde enero hasta abril, volvió a ganarse la confianza de los socios en su particular reválida al frente de la presidencia.

Andújar obtuvo 310 votos, lo que supone el 31,6% de las papeletas emitidas, una cifra que lo sitúa, además, como el presidente más joven de la primera cooperativa de tomate de España. Sin embargo, a pesar de lograr casi la tercera parte de los sufragios, la victoria fue muy ajustada, pues tan sólo ocho votos le han separado del segundo candidato que más logró, que fue Miguel Vargas, con 302. Una situación muy diferente a la de las elecciones de enero, cuando Andújar obtuvo una diferencia de más de 120 votos respecto al segundo contrincante, lo que le otorga, si cabe, mayor mérito e ilusión aún.

La jornada electoral ha sido una de las más concurridas que se recuerda, con un total de 979 votantes, lo que supone el casi el 70% del total de los más de 1.430 socios con derecho a voto en la cooperativa.

Por detrás de José María Andújar y de Miguel Vargas, se situaron Luis Miguel Martín, con 199 votos; María Gracia Melero Sánchez, la única mujer que concurría, en cuarto lugar con 69; José Cabeo Rodríguez, con 63; y Juan Cabeo González, con 36.

La jornada electoral, desde las 17:00 horas de la primera convocatoria, fue tranquila, aunque con la continua la llegada de socios a la cooperativa desde el primer momento para depositar su voto en las urnas dispuestas para ello, la mayoría de ellos, en las primeras horas, formando colas desde antes de que se abriese la posibilidad de ejercer el derecho a voto, sobre todo, en los primeros momentos.

Con este resultado, se abre una nueva legislatura para José María Andújar, que junto a su equipo deberá afrontar los retos de la agricultura almeriense y, en particular, de la CASI, durante los próximos cuatro años.

El estandarte del tomate almeriense, una empresa con más de 65 años de historia, que factura cerca de 200 millones de euros y comercializa más de 200.000 toneladas de frutas y hortalizas, el 98% correspondiente a tomate, es un generador de empleo, con más de 2.000 personas en la actualidad, a las que se unirán otras 8.000 personas de forma directa e indirecta, una vez que se construya la nueva sede.

El anterior presidente, Francisco Belmonte, cargo que ocupaba desde hacía casi diez años, dejó el puesto por motivos personales con unas cifras más que interesantes: unos beneficios netos de 3,1 millones en la campaña 2006-2007, última que se conoce, tras su Asamblea General del 29 de marzo de 2008, además de que factura alrededor de 200 millones de euros en casi una treintena de países. Además, Belmonte recuerda con satisfacción su mandato, con el que asegura que CASI ha ganado alrededor de 20 millones de euros.

Su sucesor, José María Andújar, está llamado a 'tirar del carro' en la actual coyuntura negativa, que también afecta a la agricultura almeriense, que lleva al menos dos años inmersa en una grave crisis de precios, con un diferencial de escándalo entre origen y destino.

La actual campaña agrícola, a falta de dos meses para su conclusión, ha sido positiva en líneas generales, sobre todo, en tomate, salvo los comienzos, que fueron un desastre en todos los productos.

Han superado todas las expectativas, lo que ha salvado el año y hace mirar al futuro con ilusión, aunque no está exenta de la incertidumbre propia de este sector, tan dependiente de la climatología, pues a la postre se ha visto como un factor fundamental para esta recuperación final de la campaña actual.

Tras el acuerdo entre la Unión Europea y Marruecos, por el que este último gana peso comercial en Europa, llega ahora la negociación con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), así como sus asociados (Chile, Colombia, Ecuador y Perú, México), que se encuentra en plena fase de conversaciones con la UE para establecer un acuerdo de libre mercado que, según las organizaciones agrarias almerienses perjudicarían gravemente al melón, la sandía y los cítricos, el sector agrícola debe mejorar sus estructuras de producción y de comercialización: la innovación y la negociación con la gran distribución, evitando intermediarios y ganando peso dentro de la cadena.

De momento, el presidente no quiere poner fechas para acometer el macroproyecto que supondrá invertir nada menos que los 163 millones de euros en el edificio bioclimático que será su sede, una auténtica joya arquitectónica desde el punto de vista medioambiental, que se extenderá a lo largo de una superficie prevista de 469 hectáreas, la mayoría de ellas, el 78%, se destinarán a conservación del territorio y el paisaje, es decir, 364 hectáreas.

La nueva sede se construirá en un lugar estratégico desde el punto de vista social, económico y de infraestructuras, pero deberá esperar a tiempos menos turbulentos para comenzar las obras.