La clave no es el colegio, sino el perfil socioeconómico de la familia. Tanto es así que si se extrae el impacto que tiene la economía y sobre todo la formación de madres y padres, los resultados académicos de los niños de los centros concertados no son diferentes a los de los centros públicos.

Óscar David Marcenaro Gutiérrez ha estudiado tanto en la Universidad de Málaga como en la London School of Economics los factores socioeconómicos que condicionan el rendimiento educativo. Sus investigaciones indican que solo el impacto del ambiente social, cultural y económico de la familia explica por qué el resultado medio es mejor en los centros concertados que en los públicos. En igualdad de condiciones, las diferencias entre unos y otros no son significativas. Es decir, un alumno de clase media alta obtiene los mismos resultados acuda a una escuela pública o privada, mientras que el de procedencia social media baja tiene las mismas dificultades en uno y otro, con la salvedad de aquellos que han desarrollado una gran capacidad de resiliencia.

E l programa para la evaluación internacional de alumnos de la OCDE (PISA) aplica en sus informes un indicador que incluye el nivel formativo de los padres y madres, la ocupación de ambos y las posesiones existentes en el hogar, epígrafe que alude tanto a los libros como a los bienes materiales . El resultado es que en Andalucía el 35% de los padres de los centros concertados tiene estudios superiores, frente al 14% de los colegios públicos, mientras que en el caso de las madres la proporción pasa del 34% al 16%.

Estas conclusiones que se derivan del análisis que ha realizado por el profesor de la Universidad de Málaga Óscar David Marcenaro del informe PISA, correspondiente a 2015 y publicado en diciembre de 2016, las corroboran otros informes como Tendencias en los estudios de matemáticas y ciencias (Timms) y Tendencias en los estudios de lectura y escritura (Pirls), que elabora la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo.

El trabajo pone de manifiesto la importancia que cobra el perfil de la madre en el éxito académico de los niños. Las calificaciones que obtienen los hijos de mujeres con estudios universitarios son entre un 6% y un 10% superiores a los de aquellas otras que únicamente han cursado primaria.

También ha corroborado que los padres con ingresos más elevados tienen mayores expectativas sobre el futuro de sus descendientes, un factor que puede ser bueno si coincide con las perspectivas de los propios niños, porque si existen divergencias las expectativas de los progenitores, en realidad, funcionan en dirección opuesta, como una piedra al cuello. Esta colisión se produce cuando las expectativas son tan altas que frustran al adolescente o cuando son tan bajas que acaba siendo un elemento desincentivador. En estos casos, la consecuencia es que la nota puede bajar entre un 8% y un 10% en lengua y de un 6% a un 11% en matemáticas.

Los factores económico, cultural y social están también en relación con la distribución de la escuela concertada en España. Las comunidades con mayor renta per cápita son también las que concentran mayor proporción de alumnado en centros semipúblicos: Madrid, la Rioja, el País Vasco y Cataluña, mientras que Extremadura, Andalucía y Canarias son, por el contrario, las que tienen menos alumnado en colegios acogidos a conciertos.

De la misma forma, existe también relación entre la renta media per cápita de los barrios y la oferta de educación concertada, como pone de relieve que la mayoría de los centros de estas características se emplacen en Málaga en la zona este de la capital.

En este sentido, Óscar David Marcenaro Gutiérrez recuerda lo que sucede en países como Estados Unidos o Reino Unido, donde existe correlación entre el precio de la vivienda y la reputación de los colegios que hay en cada zona.