El Juzgado de Instrucción número 5 de Almería está investigando a un hombre por la posible comisión de un delito contra el bienestar animal, después de que la Policía Local del municipio de Vícar encontrara en su vivienda, en dicha localidad, animales en “deplorable estado” y otros ya muertos, según el auto judicial de diligencias previas, en la que la magistrada Ana Fariñas ha dado ordene de incautación de los perros y gatos encerrados en la residencia tras recibir la peculiar denuncia de que el investigado se dedica a hacer capturas de animales en la calle –principalmente gatos de colonias ferales–, empleando jaulas trampa para luego no prestarles los esenciales cuidados alimenticios e higiénico sanitarios llegando los animales a fallecer por ello.

Según fuentes consultadas, el denunciado, se dedica a recorrer las calles de Vícar, Roquetas y Aguadulce en busca de gatos y perros sin importar su procedencia. Emplea para ello jaulas con comida en su interior para luego trasladarlos a su casa e incluso ha acudido en varias ocasiones al Centro Municipal Zoosanitario de Almería capital, donde ha podido llevarse felinos en adopción.

Lo que a priori puede parecer un gesto loable por parte de una persona amante de los animales se convierte en un película de terror ante la descripción de los hechos denunciados y que han motivado la apertura de la investigación judicial. La Policía Local acudió a la vivienda en la que pudieron contemplar desde una ventana la presencia de perros y gatos encerrados en lamentables condiciones y conviviendo con restos de otros animales (esqueletos y en estado de putrefacción).

Como medida cautelar, la magistrada ordenó la incautación ante la “gravedad de los hechos investigados, existiendo indicios de la presunta comisión por parte del investigado de un presunto delito contra los animales, a la vista del informe policial obrante en las actuaciones así como la documental aportada, de los que se desprende que el investigado posee en su vivienda numerosos animales en estado insalubre, así como animales muertos”.

El rescate se llevó a cabo el pasado martes, habiendo sobrevivido cinco perros y ocho gatos, infestados de pulgas e incluso piojos, con anemia e inmunodeprimidos, entre otras consideraciones clínicas como la falta de alimentación.

Las mismas fuentes apuntan que alguno de estos animales estaban microchipados, tres de ellos proceden del Centro Zoosanitario de la capital, motivo por el que el Ayuntamiento ha sido advertido. De hecho, asociaciones protectoras de animales se han dirigido al Consistorio almeriense solicitando el listado de gatos y posibles perros que el investigado ha podido estar sacando de las instalaciones municipales siguiendo para ello el habitual proceso de adopción.

Explican también que el denunciado acudía a tiendas de animales “pidiendo gatos cuando no podía conseguir ninguno de la calle”, donde, inciden protectoras, “no hacía distinciones” pudiendo llevarse gatos de colonias y hasta de particulares, así como canes, lo que ha generado alarma entre las cuidadoras ferales y propietarios de las zonas antes citadas.