Barça “bufón”, saluda al campeón, sería la versión 2.0 del clásico grito de guerra entre rivalidades. Bufón, jugón, llorón, todos riman y explican lo que sucede dentro y fuera del campo de juego cuando juega el blaugrana. El Real Madrid, con su segunda alineación, este sábado le ganó al Cádiz y el Barcelona, como estaba previsto, volvió a comerse cuatro goles ante el Girona, lo que en este momento, le deja tercero en la tabla de posiciones y fuera de la participación directa en Champions League, lo que también es menos dinero. Esa combinación de resultados, permitió al Real Madrid consagrarse campeón de liga, un torneo cada vez más discreto y que hace mucho debió quitarse el calificativo de “mejor liga del mundo”. Con poco, casi a medio gas, le bastó al Madrid para llevar la copa número 36 a las vitrinas de su renovado estadio. Todo lo bueno que aportan los jugadores blancos de primera y segunda línea, es lo que le falta a su archirrival que también cuenta con una plantilla poderosa, pero que no compite y se viene abajo ante la primera adversidad. El técnico Xavi Hernández, que ha decidido quedarse después de anunciar su renuncia en diferido, habla de errores puntuales, que a fuerza de repetirse jornada tras jornada, se han convertido en errores a secas. Si al técnico egarense le funcionó la estrategia de anunciar su partida para que reaccionaran sus jugadores, comunicar que se queda, devolvió al equipo al absurdo. Solo el Girona en dos encuentros, el de ida y el de vuelta, le convirtió ocho goles. El PSG otros cuatro y así podríamos seguir, algo que no se puede permitir un equipo de élite. Pero aquí estamos para hablar del campeón, y hay que reconocer a los blancos el mérito de serlo, además del medio pie que tiene metido en la final de Champions. Muchos jeques, muchos petrodólares, mucho ruido, pero al final el gato al agua se lo sigue llevando el de siempre y eso no puede ser una casualidad. El Real Madrid es un merecidísimo campeón, que cantó el alirón 22 días antes de finalizar el campeonato, que en 34 jornadas le saca 13 puntos de ventaja al segundo y 14 al tercero. Lo demás son cuentos chinos. Como diría Puigdemont; aquí hay que venir llorado de casa.

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