En el mundo hay dos tipos de personas: las que se dejan engañar por la dialéctica social-comunista desde hace dos siglos y las que tienen un mínimo de inteligencia. En este tiempo, socialismo y comunismo no han dejado de producir tippos que se han enriquecido prometiendo el cielo a gentes pobres en lo económico y en lo intelectual.

Hoy, el social-comunismo está encarnado en España por un tipo que ha superado todo registro de dureza facial, Pedro I El Falso-Pedro Chapote, que no ha dejado de engañar a pobres incautos, antes muchos, cada vez menos, con las trolas más previsibles que han comprado en masa cerebros que se habían tomado cinco o más días de barbecho ‘para reflexionar’.

Uno de los últimos inventos chuscos y prototípicos de esa mente de párvulos es la caza de brujas contra jueces y periodistas, esquizofrénicamente aplaudida por parte de la profesión, bajo el infantiloide pretexto de luchar contra lo que llama ‘lodo’, que no es más que la libertad expresión, el derecho a la información, la división de poderes y la independencia de los jueces.

Pero al señor ‘Chapote’, sus compañeros del PSOE de Garrucha podrían darle alguna lección de lo que es el fango o algo peor, como el cubo de orines y heces que la madre de un concejal ha coleccionado primero y vertido después sobre el puesto de trabajo de un edil del gobierno.

Pedro Chapote encontrará, seguro, alguna justificación para unos hechos tan repugnantes, tan repulsivos, en definitiva tan socialistas, que evidencian el nivel de esta izquierda, siempre golpista, trolera y dispuesta a hacer trampas o a tomarse la justicia por su mano, de lo cual dio lecciones en los años 30.

El Ayuntamiento de Garrucha ha pedido la dimisión del concejal cuya madre ha entendido que la mejor manera de defenderlo era la más repugnante versión del ‘ojo por ojo’, pero el PSOE provincial ha dado la callada por respuesta y el hijo de la señora del ‘cubo de mierda’, con perdón por la clarificadora y escatológica alusión, ha publicado en redes una carta de aurora boreal, sin arrepentimiento ni disculpa al ‘enmerdado’ edil, añadiendo más ofensas y acusaciones cuya veracidad desconozco pero que, habida cuenta de los hechos, ahora no tocan.

Es el socialismo, ideología capaz de planificar todo tipo de trampas al sistema constitucional con la excusa de que hay que luchar contra el lodo, mientras acepta que las familias de sus cargos institucionales anden por ahí esparciendo desechos humanos a rivales políticos.