Salud

Antihistamínicos: cuáles necesitan o no receta y sus posibles efectos secundarios

Antihistamínicos: cuáles necesitan o no receta y sus posibles efectos secundarios

Antihistamínicos: cuáles necesitan o no receta y sus posibles efectos secundarios

Seguro que alguna vez te has tomado un antihistamínico pero, ¿sabes realmente lo que son y cuáles pueden ser sus efectos secundarios? Los antihistamínicos son medicamentos que son necesarios para tratar alergias y que actúan contra los síntomas como pueden ser el picor, los estornudos y los ojos llorosos. Hay muchas generaciones de estos medicamentos, cada una con sus características y sus requisitos de prescripción médica.

Los antihistamínicos de primera generación son medicamentos, como pueden ser la difenhidramina y la clorfeniramina. Esos medicamentos se conocen por ser medicinas con efectos sedantes y que pueden encontrarse en medicamentos de venta libre para tratar resfriados y alergias. Están accesibles sin receta, pero es muy importante utilizarlos con cabeza ya que pueden dar somnolencia y otros otros efectos secundarios como pueden ser visión borrosa y sequedad en la boca.

Por otro lado, tenemos los antihistamínicos de segunda y tercera generación. Un ejemplo de estos medicamentos son la loratadina, la cetirizina o la fexofenadina. Estos medicamentos se suelen recetar más a menudo por el hecho de que no causan somnolencia por lo que se pueden consumir durante el día, momento en el que las personas necesitan estar más alerta. Estos medicamentos también es posible encontrarlo sin recetas generalmente, pero como todos, es aconsejable consultar a tu médico antes de tomarte nada, sobre todo si estás consumiendo otros medicamentos, o si estás embarazada o en periodo de lactancia.

Nos ha quedado claro que los antihistamínicos son muy útiles para tratar alergias, y en general, son medicamentos muy efectivos pero, ¿qué efectos secundarios comunes pueden tener los antihistamínicos? Alguno de los ejemplos más claros y comunes de los efectos secundarios de los antihistamínicos van desde las somnolencia y la sequedad de boca hasta otros más graves como mareos y malestar estomacal. Los antihistamínicos de primera generación tienen más efectos secundarios que los de segunda y tercera esto se debe a que tienen la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica y de esta manera afectar al sistema nervioso central. Los antihistamínicos más modernos no suelen tener tantos efectos secundarios, debemos tener mucho cuidado y acudir a nuestro médico antes de consumir nada, ya que sí pueden causar reacciones alérgicas en casos extremos o raros.

Debemos tener precauciones a la hora de consumir cualquier tipo de antihistamínico. en caso de que formemos parte de algún grupo de la población vulnerable como niños o personas mayores, la precaución deberán ser extras. Por ejemplo, los niños pueden tener una serie de efectos tanto estimulantes como sedantes y en los adultos más mayores, los efectos sedantes pueden ser más severos, lo que puede aumentar el riesgo de caída y de confusión.

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