Almería y sus personajes I Magdalena Cantero Sosa (Presidenta de la A. de VV. ‘Casco Histórico’ y Presidenta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer)

  • Aunque nació en Córdoba, lleva ya 30 años en Almería

  • La enamoró el Casco Histórico “el barrio de todos los almerienses”, a decir de ella

“Admiro a quienes se comprometen con los demás”

La polifacética Magdalena Cantero en la terraza del Hotel Catedral. La polifacética Magdalena Cantero en la terraza del Hotel Catedral.

La polifacética Magdalena Cantero en la terraza del Hotel Catedral. / Javier Alonso

Escrito por

José Luis Laynez Bretones

Es una persona que siempre está feliz y transmite ese perpetuo estado de felicidad y alegría, Dinámica, emprendedora, extrovertida, con una sonrisa eterna-mente dibujada en sus labios, entrevistar a Magdalena es fácil: se hace la entrevista ella sola.

–‘Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla’, escribió Machado. ¿Y los tuyos?

–Mis recuerdos de infancia son en la casa de mi abuela materna en Córdoba, en un soleado patio florido, rodeada de primos y juegos. Siempre he sido de no estar quieta y había verdaderos problemas para obligarme a dormir la siesta en aquellas tardes de verano. Me negaba y cuando veía que ya no tenía otra, me hacia la dormida pero mantenía un ojo siempre entreabierto para ver si ya había pasado el tiempo.

–Pero a los 9 años te pusiste malita y tuviste que estar una temporada en la cama.

– Sí, y a diario recibía la visita del practicante. Yo colocaba el cochecito con las muñecas para cortarle el paso, buscaba estrategias para impedirle clavarme esa aguja enorme, pero no había manera: un pinchazo diario.

"Almería me enamoró cuando llegué hace 30 años y ahora me apasiona sobre todo su Casco Histórico”

–Y como ‘no hay mal que por bien no venga’...

–Pues descubrí la compañía de los libros. Desde entonces han sido parte de mi vida, de hecho, creo que son ellos los que me compran a mí no yo a ellos. El primero que leí fue Mujercitas. Ahora estoy leyendo tres a la vez: El Italiano, de Reverte; El arte de la prudencia, de Gracián; y El infinito en un junco, de Vallejo Nájera. Según el estado de animo que tenga me siento a leer uno u otro.

–Demos un salto hasta tus años de Universidad.

–Estudié en la Facultad de Filosofía y Letras, junto a la Mezquita, Recuerdo los paseos por callejuelas y plazas, los bocadillos con los compañeros a los pies de la escultura de Séneca, plazas y lugares citados por Cervantes o San Juan de la Cruz... que marcó mi etapa de juventud. En 2º nos llevaron a conocer Madinat Al-Zahra. El director del yacimiento pidió voluntarios para hacer prácticas; y allá que fui yo tres veranos seguidos, aprendiendo, estudiando y pasando mucho calor.

Ante la fachada catedralicia. Ante la fachada catedralicia.

Ante la fachada catedralicia. / Javier Alonso

–Y gracias a ello te tenemos en Almería...

–Así es. La Casa de Velázquez de Madrid quiso incluir en su equipo en una excavación en Almería a alguien del conjunto arqueológico y me lo propusieron. Así llegué a Almería y aquí me quedé. Imposible olvidar las primeras imágenes, el paisaje modelado de Tabernas o el cielo que parecía retintado a diario con ceras plastidecor. Almería me enamoró entonces; ahora me apasiona.

–Sobre todo, el Casco Histórico.

–¡Por supuesto! Cuando me propusieron ser presidenta de la A. de VV. acepté sin dudarlo... y hace ya 8 años. Desearía que todos mirasen a este barrio con los ojos que lo miramos los vecinos. Me gusta escuchar las campanas de la Catedral, que siguen marcando las horas como hacen desde el siglo XVI, tener a Las Puras de vecinas, al Sagrado Corazón dirigiendo su mirada a la calle de la Reina, vivir rodeada de intangibles que hacen el día a día más bonito, pero sobre todo me gusta pararme cada cuatro pasos a hablar con los vecinos, escuchar sus conversaciones y anécdotas... Es el corazón de Almería.

–Y como una presidencia te debía parecer poco, pues otra más en la Univerdidad...

–¡Ja, ja, ja! Fui cuatro años presidenta del Consejo Social de la Universidad, lo que me ha permitido trabajar por una institución a la que siempre he admirado y de la que tanto he aprendido.

"Me encanta leer, pasear por la ciudad, cocinar, viajar, cantar... y todo lo hago con cariño, entrega y mucho amor”

–”Buenas tardes. La llamo desde una empresa de talentos...

–... para presidir una empresa de ámito nacional”. ¡Ja, ja, ja! Cuando recibí aquella llamada creí que era una broma. Pero me ofrecieron muy en serio ser presidenta provincial de la de la Asociación contra el Cáncer.

–Y aceptaste, claro.

–Pues sí y desde julio de 2020 lo soy lo que me permite conocer el ejemplo de centenares de personas que ayudan a los enfermos y a sus familias, a médicos comprometidos y valiosos, a trabajadores de la AECC que conviven con el dolor y la angustia de los enfermos y sus familias. Un dolor individual y social que nos obliga a reclamar más y más inversión en investigación científica.

–Magdalena, para que no tenemos más espacio...

–¿Ya? Tendremos que seguir otro día, me falta mucho que contar.

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