Almería y sus personajes I Francisco Camacho Ferre (Catedrático de Horticultura de la Universidad)
  • Estudió ITA en la Universidad Laboral de la que luego fue profesor

  • Es una autoridad mundial en injertos

“He colaborado 12 años con la ONU en temas de injertos hortícolas”

Francisco Camacho recibe del ministro Arias Cañete la Encomienda de la Orden del Ministerio de Agricultura (2003). Francisco Camacho recibe del ministro Arias Cañete la Encomienda de la Orden del Ministerio de Agricultura (2003).

Francisco Camacho recibe del ministro Arias Cañete la Encomienda de la Orden del Ministerio de Agricultura (2003).

Escrito por

José Luis Laynez

Cuando el próximo curso se jubile pondrá fin a 48 años de vida profesional dedicados a la enseñanza y a la investigación, primero en la antigua Unversidad Laboral y más tarde en la Universidad. Ha colaborado 12 años con Naciones Unidas en el desarrollo de injertos hortícolas en Hispanoamérica, en cuyo tema es una autoridad a nivel mundial.

–Desde los campos de Níjar a los despachos de la ONU.

–¡Ja, ja, ja! Suena a nombre de una novela o una película. Sí, nací en aquella Níjar de los años 50 en la que no existía más que campo. Aún no estaban construidos los pueblos de Colonización. Yo los he visto nacer, mi padre hacía los enarenados de aquellas primeras parcelas que se entregaban a los agricultores y en ese ambiente me crié y crecí.

–A los 14 años te marchas a estudiar a Almería.

–Pues sí, al Instituto de Formación como se le conocía entonces. Me matriculé en Oficialía Industrial en Construcciones Metálicas. Acabé en 1973 y me dieron una beca de Universidades Laborales para estudiar en la de Sevilla Ingeniero Técnico Agrícola. Allí estuve cuatro años.

–Y pásate directamente de alumno a profesor de la Laboral, aunque ya en la de Almería.

– Me hicieron una entrevista durísima y me dieron plaza de FP de Agraria. Era el año 1977 y desde entonces he estado dando clases ininterrumpidamente. Mientras me licencié en Ingeniería Agrícola (fui el primer alumno de la Universidad en hacerlo) e hice la Tesis Doctoral sobre ‘El injerto en la sandía’.

–Lo que te sirvió para entrar de profesor en la Universidad.

– Si, solicité plaza de Horticultura y el día 2 de noviembre de 1999 empecé a dar clase. Primero fui profesor asociado y en 2011 gané la Cátedra. A partir de esa fecha ya me dediqué exclusivamente a la docencia y a la investigación universitaria.

–Muy viajera tu labor docente e investigadora...

– ¡Ja, ja, ja! Sí, he estado en 15 países de todo el mundo especialmente en Hispanoamérica. Los que más he visitado han sido México, Cuba y Puerto Rico. En total, he colaborado en 81 proyectos de investigación en los campos de la Horticultura y luego, de la Economía Circular.

"Mi Tesis Doctoral trata sobre los injertos en la sandía y la he experimentado en 15 países del mundo”

–Ello te valió un reconocimiento especial, como vemos en la foto.

–Sí, me hizo mucha ilusión: la Encomienda de la Orden del ministerio de Agricultura, que me entregó personalmente el ministro Arias Cañete en 2003.

Paco Camacho bajo el olivo centenario de plaza Santa Rita. Paco Camacho bajo el olivo centenario de plaza Santa Rita.

Paco Camacho bajo el olivo centenario de plaza Santa Rita.

–O sea, que hay que tratarte de ‘Ilustrísimo señor’...

–¡Ja, ja, ja! En teoría es así pero ya ves lo que tengo de ilustrísimo. Sigo siendo Paco Camacho.

–Y has trabajado para la ONU.

–He colaborado 12 años con Naciones Unidas en el desarrollo de injertos hortícolas en Hispanoamérica en distintos proyectos de investigación sobre los injertos fundamentalmente. Por ello me dieron una placa en Madrid que me reconocía como experto mundial en la materia.

–En cierto modo fuiste un visionario como se dice ahora...

–Bueno, es cierto que en una conferencia que di en en el BBVA en 1982 afirmé: “el futuro de la agricultura de Almería pasa por el control de plagas”; y así es.

“Fui nombrado Comendador de la Orden del ministerio de Agricultura, que me impuso Arias Cañete”

–Oye, ¿qué te pasó con las hojas de unos pepinos?

–¡Ja, ja, ja! Me llamaron de El Ejido porque un invernadero de pepinos nacían conun defecto. Vi lo que tenían, receté al agricultor el remedio y le dije: “tienes que mirar las hojas; ellas te dicen cómo están de salud”. Él me respondió: “Sí, eso hago. Antes de acostarme, cada noche imprimo en hojas de papel las notas que he tomado y las leo muy despacio”. Hablábamos de hojas distintas, claro.

–Acabamos con una recomendación.

–Quien quiera profundizar en el tema puede visitar mi página web www.franciscocamachoferre.es y obtendrá más información.

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