Esta semana cientos de agricultores de la provincia, más concretamente del Poniente, han vuelto a sufrir las consecuencias de un fenómeno climatológico que ha destruido los invernaderos bajo los que estaban produciendo tomates, pimientos o calabacinos. Así que este diario ha preguntado a los profesionales del sector que características ha de tener un invernadero para resistir ese tipo de inclemencias metereológicas.

Desde el Centro Tecnológico de Tecnova se responde que "los invernaderos deben estar diseñados y calculados para las cargas que establece la normativa española y las recomendaciones de las normas europeas de invernaderos. Si bien estas normas no están adaptadas para el caso concreto del invernadero más común de la provincia, el Raspa y Amagado, sí establecen unas bases sobre las acciones a considerar en el cálculo y dimensionamiento de la estructura, en definitiva, en los materiales a utilizar durante su construcción. Desde Tecnova se trabajó, en colaboración con el resto del sector, en un proyecto de norma Aenor específico para invernaderos de Raspa y Amagado, pero finalmente no se llevó a cabo su publicación. No obstante, las empresas constructoras de invernaderos de la provincia se rigen por las normativas españolas y europeas en sus diseños, lo cual siempre es una garantía frente a construcciones realizadas por cuadrillas".

Novedades Agrícolas es una de las empresas más importantes del sector y una de sus áreas de trabajo es la construcción de invernaderos. Para Juan Pardo, uno de sus técnicos, la mejor opción es el invernadero multitúnel, ya que "es una estructura cerrada con un alto grado de hermeticidad y revestida con materiales transparentes para proteger las plantas de las acciones climatológicas adversas (bajas temperaturas, vientos fuertes, granizos, lluvias, baja humedad del aire y excesiva radiación solar). Además, en el interior del invernadero se crea un microclima que beneficia al desarrollo de los cultivos en todo su ciclo vegetativo, obteniéndose un mayor nivel de producción y crecimiento de la cosecha".

Este tipo de invernaderos se conforma con una estructura metálica de acero galvanizado y techumbre curva. El montaje de estas estructuras es de tipo mecánico y la fijación de las uniones es mediante abrazaderas con tornillería, sin tener que realizar ninguna soldadura. En función a la geometría de la cubierta se clasifican en capilla y gótico. Estos invernaderos están sujetos a unas exigencias estructurales definidas por la norma UNE 13031-1:2001, de obligada aplicación y cumplimiento en el ámbito de invernaderos para la producción comercial.

"Según las indicaciones de esta normativa, los invernaderos se deben calcular, para las condiciones eólicas y de categoría de suelo de Almería; para una velocidad de ráfaga de viento de 27 metros por segundo, una carga de nieve o granizo de 20 kilos por metro cuadrado, y una carga de cultivo de 15 kilos por metro cuadrado", afirma el técnico de Novedades Agrícolas. Una empresa que ha desarrollado un modelo de invernadero multitúnel de acuerdo a los criterios establecidos por la normativa actual y en colaboración con la Universidad de Almería.