Almería

La Junta 'apagará' de noche Los Filabres y limitará la iluminación en la provincia

  • Medio Ambiente declara 'zona oscura' el entorno más inmediato del Observatorio Hispano-Alemán · La treintena de municipios cercanos tendrá que reducir su luminaria e incluso eliminarla en horario nocturno

La protección del cielo nocturno y los observatorios, como parte del patrimonio cultural y científico de la provincia, en tiempos de crisis, en los que es más fácil primar criterios económicos a la hora de diseñar instalaciones, ocupa a la Consejería de Medio Ambiente que pretende a corto plazo acabar de ponerle cerco a la contaminación lumínica. Si ya en 2007 se aprobó la Ley para la Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, que recoge en uno de sus capítulos la necesidad de preservar la singularidad del cielo andaluz, el verano pasado puso sobre la mesa un reglamento que está orientado exclusivamente a acorralar y combatir la creciente contaminación lumínica, tal y  como venían reclamando desde hace años los observatorios, las asociaciones de astrónomos y los colectivos ecologistas, además de repetidas recomendaciones del propio Defensor del Pueblo Andaluz.

En las últimas semanas  han visto la luz algunos sus artículos principales y a finales de julio, por ejemplo, la Dirección General del Cambio Climático decidió someter a información pública las zonas de mayor protección y puntos de referencia. El nuevo mapa de áreas lumínicas, texto que pinta de diferentes colores el territorio andaluz en función de zonas oscuras y las que admiten flujo lumínico reducido, será una realidad muy pronto, una vez superada toda la tramitación de un documento que establece una figura de protección llamada Punto de Referencia para los dos observatorios astronómicos de Granada y Almería, el de Sierra Nevada de principios de los años ochenta, y el de Calar Alto como centro científico más importante de Europa por la agudeza de sus imágenes y propiedades del cielo que lo asemejan a instalaciones como la de Mauna Kea y Cerro Páranal.

 

Los objetivos del reglamento son preservar los ecosistemas más vulnerables, proteger esta investigación astronómica y nuestro cielo nocturno como el patrimonio cultural y fuente de riqueza que son, evitar la intrusión lumínica y promover el uso eficiente y el ahorro energético del alumbrado. Una ardua tarea si no consiguen hacer partícipes a los agentes económicos y sociales implicados y en la provincia de Almería, además, serán más de una treintena de ayuntamientos. Los excesos lumínicos serán prohibidos y cada consistorio se verá obligado a aprobar una ordenanza municipal en la que se ponga freno a cualquier elemento contaminante si no quieren ser sancionados. De hecho, el régimen disciplinario contempla sanciones de hasta 30.000 euros para las infracciones leves y de hasta 60.000 euros para las más graves, como podría ser encender el alumbrado ornamental y publicitario fuera de las franjas horarias autorizadas, el uso de leds y láseres por encima de un plano horizonal y la instalación de carteles y vallas de equipos que incumplan el requisito de proyectar de arriba hacia abajo. Andalucía contará con casi una tercera parte de su superficie protegida de la contaminación lumínica y más de dos millones y medio de hectáreas quedarán bajo la oscuridad de la noche y no podrán ser alteradas por ningún tipo de iluminación. 

 

En la provincia de Almería se establece el Observatorio como punto de referencia y todo lo que está en el radio de un kilómetro será zona de influencia 1 en la que se encuentra Bacares. Como zonas de influencia 2, colindante y con alta protección, en la que se encuentran Bayarque, Serón, Gérgal, Olula de Castro, Sierro, Tabernas, Alsodux, Alhabia, Oria, Purchena, Urrácal, Tíjola, Lúcar, Fines, Turrillas, Rioja y Nacimiento, entre una treintena de pueblos. Estas localidades tendrán que adaptar todos su carteles, luminosos y luminarias para que no contaminen. Con la aplicación de la nueva norma se reducirá anualmente un 11% el consumo eléctrico en Andalucía y dejarán de emitirse 37.396 toneladas de dióxido de carbono.

 

El reglamento recoge medidas de eficiencia energética en las instalaciones de alumbrado exterior (vial, específico, ornamental, de vigilancia y seguridad, publicitario, festivo y hasta navideño) y  también en lo relativo al diseño de las luminarias que, salvo en el entorno de los edificios de especial interés cultural, deben proyectar la luz de arriba a abajo y evitar así su dispersión hacia las fincas colindantes y el cielo. Entre las restricciones aparece la prohibición de leds, láseres y proyectos convencionales que emitan por encima del plano horizontal con fines publicitarios y recreativos, la utilización de aerostatos iluminativos en horario nocturno y la iluminación de las playas y costas, salvo las integradas en núcleos de población.  El alumbrado tendrá que apagarse entre las 24:00 y 6:00 horas en invierno y entre las 1:00 y 6:00  en verano. La contaminación lumínica tiene los días contados. 

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