educación La informatización de las aulas

Pantallas digitales que ganan al papel

  • En Almería 506 niños de 17 colegios e institutos estudian de forma cotidiana con libros de texto digitales · Este curso se han incorporado 2 centros a la experiencia piloto de Escuela TIC 2.0

Un experimento con ahorro incluido. La incorporación de libros de texto digitales en los centros educativos, dentro de un plan piloto que contempla el programa Escuela TIC 2.0 y que se ha visto ampliado este curso, ha suscitado la división de opiniones entre los editores de libros de texto en papel y digital. Han salido a la palestra intereses económicos y corporativos de ambos sectores por una implantación que requiere, incluso, un cambio de normativa autonómica.

Y por otro lado, también están los padres, temerosos de que el estudio en pantallas digitales pueda dañar la vista de sus hijos, como está comprobado que lo hacen grandes exposiciones a las pantallas del ordenador.

Actualmente en la provincia de Almería más de medio millar de niños de 17 centros escolares utilizan ya libros de texto digitales en clase de forma cotidiana, según los datos facilitados por la Delegación provincial de Educación de la Junta de Andalucía. Se trata de una experiencia piloto que los propios profesores tildan de "gran avance", sobre todo a la hora de realizar valoraciones sobre el rendimiento y la implicación de los alumnos en las diferentes materias que se imparten con estos soportes de nueva tecnología.

El programa experimental comenzó el curso pasado en 15 colegios e institutos de la provincia de Almería y este año se han incorporado dos nuevos.

Los docentes aseguran que el libro digital es una herramienta que hace que el alumno esté más motivado en clase, a la vez que también permite saber el tiempo que el alumno ha estado trabajando en horario extraescolar, ver los errores cometidos y conocer el avance de competencias del escolar.

Según la Asociación Nacional de Editores de Contenidos y aplicaciones Multimedia para la Educación (Anecame), el uso del libro digital en las aulas supone una reducción del gasto público del 88%, porcentaje bastante alto que justifica las prisas de la Administración por cambiar el decreto sobre la regulación de los libros de texto en época de vacas flacas.

La diferencia es más que evidente. Un paquete de libros de texto en papel cuesta 250 euros y un paquete de contenidos didácticos digitales, 30 euros. La reducción del coste es, sin duda, la principal baza sobre la que los editores de libros digitales defienden la implantación de este soporte en las aulas. A ella se le une el rendimiento pleno que se daría a los ordenadores y pizarras digitales distribuidas por la Junta en las aulas de quinto y sexto de Primaria el curso pasado, y que desde septiembre están en los institutos. No tiene sentido, por tanto, que los alumnos estudien con herramientas digitales vacías de contenido.

Un ejemplo de esta reconversión es el IES Alto Almanzora, donde se trabaja de forma on line y con contenidos elaborados por los propios profesores, como los ejercicios que los docentes preparan a diario para los estudiantes.

Un muro infranqueable con el que a menudo se topa la administración andaluz es el hecho de que aún las editoriales no tienen libros digitales de todas las asignaturas, aunque a pesar de todo, un total de 22 firmas participan en este programa experimental regional con más de 227 títulos.

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