El ingenio sirve muchas veces más que otras medidas para salir de situaciones difíciles. Y ahora, en tiempos de crisis, cada vez son más las personas en busca de alternativas para generar ingresos que permitan llegar a fin de mes. Alternativas hay muchas y precisamente una de las más curiosas es la donación de óvulos y semen.

Las clínicas privadas de reproducción asistida están notando desde hace un par de años un aumento de personas que acuden para entrar en un proceso de donación. La mayoría, además de por la intención de ayudar a parejas que tienen dificultad para concebir un hijo, también acuden llamadas por la remuneración económica que "a modo de gratificación por las molestias" se entrega.

Es muy distinta la donación de un hombre a la de una mujer. En el caso de donación de ovocitos, una vez concluido el proceso la gratificación ronda los 800 euros, una cantidad pactada entre todas las clínicas. La gratificación por la donación de semen no es superior a los 40 o 50 euros cada vez que se realiza.

Así, la alternativa es positiva tanto para los donantes, que consiguen un ingreso extra, como para las clínicas y centros de reproducción, que logran ampliar el material para los procesos de fertilidad y fecundación que realizan. De hecho, son constantes las campañas para captar donantes, sobre todo de óvulos, que realizan los centros solicitando mujeres sanas que "ayuden" a otras a cumplir su sueño de ser madres.

Lo máximo permitido por ley, tanto en hombres como mujeres donantes de óvulos y semen, es que se consigan seis embarazos. A partir de ahí ya no podrán donar más y sus datos quedarán registrados.