Almería

Raquel Ruano, la mujer que con sólo la mirada susurra a los caballos

  • Esta almeriense muestra un gran amor hacia estos animales a los que dedica todo el tiempo que puede · Ruano no descarta algún día ayudar a discapacitados a través del trato con estos équidos

Cuando habla de los caballos se emociona. Raquel Ruano es una almeriense de 40 años que adora los caballos desde que tiene uso de razón. "Cuando tenía cuatro años, descubrí los caballos en una finca en Níjar. Aunque era muy pequeña me di cuenta de mi amor hacía los caballos y el amor de ellos hacia mí. Sin caballos no puedo vivir, de hecho nunca me he comprometido con un ser humano, sin embargo, si tengo un gran compromiso con los caballos".

La infancia de Raquel Ruano no fue fácil, puesto que la familia intentó que se dedicara a la vela, pero nunca se podía quitar de la cabeza a los caballos. "Mis padres me internaron en la Compañía de María en Granada. Estuve durante mucho tiempo interna, pero aun así mi abuela que venía a verme los fines de semana me veía llorar porque necesitaba ver a los caballos. Ella me llevaba a verlos. Tuve muchos problemas con mis padres en ese aspecto pero nadie me pudo quitar de ese ambiente", relata esta bella mujer, que es la única mayoral que hay en Almería.

"Luego me fuí al Rocío y estuve un año estudiando y conviviendo con los caballos. Allí tuve el privilegio de contar con las enseñanzas del coronel de Caballería, Luis Rivero Merry. Precisamente me descubrió que tenía un don con los caballos. Siempre pensé que le caía bien a los caballos pero Merry me abrió los ojos", comenta Ruano. "Los caballos por el olor saben como somos, detectan si les tenemos miedo, si no le tenemos miedo. Son muy inteligentes y saben con quien tratan".

"Los caballos tienen mucha memoria y todo lo ven mucho más grande. No suelen distinguir bien los colores" asegura esta mujer que lleva cuatro años en Almería. Ruano se atreve a controlar cualquier caballo aunque no lo conozca. Es insólito poder ver a esta mujer hablarle y mimar a cualquier caballo y llevarlo a su terreno. "He tenido caballos antes y algún día espero contar con algún ejemplar".

Ruano tiene muy claro que "me entiendo mucho mejor con los caballos que con los humanos. Con los humanos me sobreentiendo, con los caballos es algo muy difícil de explicar, es auténtico amor. Los caballos me respetan y yo los respeto y además ellos saben quien soy yo, mi vida la entrego para ellos. Nunca me han hecho daño". Por eso, Ruano aunque se dedica ahora al tema inmobiliario, sueña cada día con estos animales, por algo es la mujer que susurra a los caballos.

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