Almería

Policías, bomberos y funcionarios asestan al alcalde la protesta más dura de su gobierno

  • 'Asaltan' el interior del Ayuntamiento con petardazos y compresores en contra del "decretazo" aprobado ayer

El alcalde de Almería y el resto de miembros del equipo de gobierno, en especial Pablo Venzal y María Muñiz, tuvieron que soportar ayer la protesta más dura sufrida en los diez años de mandato de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador. Los funcionarios celebraron su primer viernes negro, la concentración convocada por los sindicatos CCOO, UGT, CSIF y Uema contra los recortes, a los que se sumaron los "asfixiados" agentes de la Policía Local y Bomberos que, desde luego, la montaron. Y gorda. Llegaron a introducirse en el interior del Ayuntamiento, con pitadas y unos más sonoros petardazos y compresores, y asaltaron la sala de reuniones donde la Junta de Gobierno aprobó el "decretazo" sin negociación.

Negociar es precisamente lo que reclamaban los representantes sindicales, que esperaban esta semana que el compromiso del alcalde de volver a convocar la mesa se produjera. No ha sido así y lo evidenciaban las pancartas con el lema "sí a la negociación, no a la imposición", la uniformidad negra con camisetas con un "rotundo no", las caretas con los rostros de los ediles más perseguidos -Venzal, como responsable de la propuesta de recortes y Muñiz, como jefa directa de los Cuerpos de Seguridad- y la sonoridad de los pitos, petardos y compresores empleados que enmudecían los insultos al equipo de gobierno.

La presión ejercida desde las nueve de la mañana, sin embargo, no doblegó el decretazo o, como lo denomina el Partido Popular, el plan de ajuste presupuestario que, entre otras medidas, suspende durante dos años el Fondo de Acción Social, rebaja las extras de marzo y octubre en un 25% (los eventuales la pierden), o suprime los plus de productividad al personal eventual y al de los organismos autónomos. Los recortes fueron aprobados por la Junta de Gobierno. "La oferta está totalmente hecha, es necesario ajustar el presupuesto por lo que, si se me permite la expresión, es impepinable", afirmaba el portavoz del Grupo del PP, Carlos Sánchez, al término de la protesta. Aunque el edil utilizó el término "oferta", lo cierto es que, como admitió, las medidas serán aplicadas a partir de enero. El equipo de gobierno solo dará cuenta de las mismas al Pleno, por lo que la moneda ya está echada.

Los ánimos se iban caldeando en la Plaza Vieja hasta el punto de que un centenar de personas optó por entrar en las dependencias del Ayuntamiento sin que el abordaje se intentara abortar por parte de los policías locales de servicio en el Consistorio. No hubo altercados, pero sí momentos de tensión entre representantes sindicales y escoltas del alcalde de Almería, que evitó cruzarse con la protesta saliendo, como suele decirse, por la puerta trasera. Había terminado la Junta de Gobierno y los concejales permanecieron en la misma sala en la reunión de Urbanismo, que se vio interrumpida. Bomberos, policías y funcionarios entraron (con compresor incluido), por lo que los concejales abandonaron la Casa Consistorial sin evitar a los manifestantes. La única que permaneció inmóvil fue la concejal de Asuntos Sociales.

Aunque el plan de recortes está ya aprobado, con la intención manifestada por Sánchez de negociar el resto del convenio colectivo en el "futuro cercano", los sindicatos continuarán con su calendario de movilizaciones. El próximo paso es seguimiento al alcalde en los actos públicos a los que asista. Le reclaman que lidere la negociación, "que se le ha escapado a los concejales", un llamamiento que también suscribe el portavoz socialista, Joaquín Jiménez.

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