Defiende Andalucía es su único lema. Juan Martínez González, un analista programador que ya fue secretario provincial del Partido Andalucista en la década de los noventa, vuelve ahora que se jubila a tomar las riendas del andalucismo tras los últimos varapalos en las urnas para ver si puede convertir la lenta agonía del PA en una remontada. Comenzó a militar en el año 1981 y fue concejal en el Ayuntamiento de Roquetas. Su partido, con 34 concejales en la provincia y una única alcaldía en Arboleas, conmemorará hoy el asesinato del que es considerado padre de la patria andaluza, Blas Infante, reivindicando más autonomía y menos dependencia para Andalucía y cuestionando a los ayuntamientos que no ondean las banderas andaluzas en sus balcones e incluso a la Junta por no publicitar ni acordarse de una fecha histórica para la región.

-Fue elegido en junio secretario provincial y era un relevo más que necesario en el andalucismo...

- Pedro ha estado de secretario provincial ocho años, pero es cierto que últimamente no hemos tenido buenos resultados electorales y conlleva la necesidad de renovarse e intentarlo con gente nueva. Estamos rehaciendo el partido en gran medida, organizativamente hemos tenido ciertas carencias que estamos subsanando y después de cada congreso se renueva toda la dirección local.

- No corren buenos tiempos para la política ni los partidos...

- En los últimos tiempos se viene haciendo política para la banca y los grandes intereses económicos, pero no se hace de cara al ciudadano. Esto es lo que nos ha llevado a la situación en la que estamos y de ahí que las instituciones tengan esa falta de credibilidad. El ciudadano desconfía profundamente de los políticos porque ha acabado pagando todos los errores que se han venido cometiendo. Los políticos en lugar de salvar a los ciudadanos de la crisis, la están agravando mientras se la solucionan a la banca y otras empresas. Es un sistema injusto que empuja a desconfiar. Y por otro lado el ciudadano tiene que tener la opción de participar de forma activa y directa en la política, no sólo al votar cada cuatro años a sus representantes.

- Habla de los políticos en tercera persona, ¿usted a qué se dedica?

- La diferencia es que yo ni he vivido nunca, ni vivo ahora ni voy a vivir en el futuro de la política. He sido concejal en el Ayuntamiento de Roquetas, pero viviendo de mi trabajo, nunca he aspirado a vivir de esta opción. La política tiene que ser transitoria, no una profesión. Para muchos es la única, por lo que están hipotecados y no van a actuar de forma libre, en representación de las personas que los han votado, lo hacen solo atendiendo órdenes de sus partidos.

-¿Cree que podrán beneficiarse de la caída del bipartidismo?

- Nosotros pretendemos hacer valer ante los ciudadanos lo que somos y lo que defendemos. No esperamos que caigan los demás para que la gente venga a votarnos a nosotros. No es nuestro objetivo. Es más lamentamos profundamente que los partidos mayoritarios sufran el desprestigio tan tremendo por su forma de actuar porque es malo para la democracia y nuestro sistema de representación política. No es positivo. El sitio que debemos tener y creo que lo necesita Andalucía es por nuestra valía, trabajo, esfuerzo y por hacer las cosas de otra manera.

-¿El andalucismo es lo único que le diferencia de otros partidos?

- No sólo eso, muchas más cosas. Nosotros queremos acercar la democracia a los ciudadanos, reformar la ley electoral, regenerar la vida política. Hacemos política para liberar Andalucía de su dependencia económica y política del resto de España. Vivimos en un momento en el que deben regir las relaciones de interdependencia entre los pueblos y no de dependencia. No tenemos una industria consolidada, ni la teníamos en épocas de bonanza, y la falta de ese tejido ha provocado que siempre tengamos una media de un 10% más de paro que la media nacional. Nuestras autoridades políticas a lo largo de los años no han propiciado las condiciones necesarias, como sí ha ocurrido en otros territorios del país.

- Entonces hay culpables...

- Se debe a que nuestros gobernantes no tienen como último objetivo el desarrollo de Andalucía y no estar sometido a los intereses del resto de España. Es decir, cuando gobierna el PSOE en Madrid aquí se dice amén y cuando gobierna el PP es todo guerra. No se negocia, se pelea y va en detrimento de Andalucía. Los socialistas utilizan Andalucía como ariete para conseguir el gobierno de España. Nuestra primera y última razón de ser es Andalucía, no luchamos por ninguna otra cosa.

-¿El mensaje andalucista sigue hoy calando en la sociedad?

- El mensaje nuestro es Andalucía, no tenemos otro. Pero en los pueblos es más importante las personas que las ideas. El trabajo personal y los sacrificios que adopten nuestros militantes. Va a ser un proceso lento, pero acabará conectando con la ciudadanía.

-¿En qué se diferencia su nacionalismo del de los catalanes?

-Nuestro nacionalismo no es de derechas como el de CiU, pero lo fundamental es que nosotros no somos separatistas. Creemos que formamos parte de un Estado al que no renunciamos. Sí renunciamos a que el estado nos maltrate y vamos a pelear en contra de eso. Nos gustaría una España fuera un país federal y republicano.

- Habla de regenerar la política, pero en Zurgena no han dado ni mucho menos ejemplo al mantener a un concejal condenado...

-Voy a tener un contacto directo con la Agrupación de Zurgena en los próximos días, pero sé que en los juicios que están celebrándose se analizan acuerdos que fueron votados por concejales de todos los partidos aunque estén en el punto de mira los del PA. La corporación actuó pensando que hacía lo mejor para el desarrollo del municipio. En esa zona, los municipios han tenido que buscarse la vida a través del turismo residencial y a pesar de las administraciones que no han propiciado una ordenación del territorio adecuada.